Por tercera ocasión consecutiva y esta vez haciendo bueno su favoritismo como local en Bolonia, la selección italiana consigue su clasificación para la final de la Copa Davis, tras derrotar en la semifinal de hoy al conjunto belga por 2-0. Por Juan Luis Lázaro.
A pesar de las ausencias del reciente campeón del torneo de maestros Jannik Sinner y del nº 2 italiano Lorenzo Musetti, los tenistas transalpinos han conseguido su billete para su tercera final consecutiva y buscarán el próximo domingo revalidar su título del año pasado en Málaga.
El primer encuentro de la serie enfrentaba a Matteo Berrettini y al belga, gran revelación de la temporada, Raphael Collignon, y no ha habido sorpresa en el Super Tennis Arena de Bolonia ya que dejaba su impronta de salida con un 3-0 en el arranque, que le dio una ventaja que le permitió anotarse el primer parcial por 6-3.
De nuevo Berrettini se colocaba 2-0 al comienzo del segundo set, pero esta vez si, Collignon conseguía devolver el break de inmediato, y no fue hasta el séptimo juego, después de que el belga dispusiera de una bola de 4-2, cuando Matteo consiguió adelantarse de nuevo en el marcador. El italiano sumó dos juegos al servicio en blanco, lo que le colocaba con un 6-4 que suponía el primer punto en la eliminatoria para el conjunto azurro, en poco menos de una hora y media de encuentro.
“Creo que al final jugué mal. Debería haber ganado el segundo set más fácilmente. Es difícil decir ‘debería’, pero iba un set y un break arriba, buscando un doble break. Estaba jugando muy bien. Podría haber hecho un poco más en el primer punto de break. Pero así es el tenis. Lo acepté. Él empezó a jugar mejor. Las pelotas eran un poco más grandes. Era más difícil ganar un punto con el servicio y desde el fondo de la pista. Creo que, al ser la Copa Davis, se motivó mucho. El público también lo ayudó. Creo que esa es la belleza de la Copa Davis. Honestamente, diría que fue una muy buena actuación por mi parte.”
Cobolli selló el billete para la final
El segundo encuentro de la eliminatoria, lo disputaban los dos números 1 de ambas escuadras, Flavio Cobolli y Zizou Bergs, con victoria del italiano por 6-3 6-7(5) 7-6(15) tras 3h 04’ de durísima batalla.
El partido ha sido digno de una semifinal de Copa Davis. Un primer set en el que Cobolli aprovechaba la única bola de rotura que hubo en el parcial, en el cuarto juego, y aunque le costó cerrar el set, necesitó hasta cinco bolas de set, finalmente colocaba el 6-3 en el marcador.
No hubo ni una sola oportunidad de rotura en el segundo set, entre dos jugadores que mantuvieron con cierta solvencia su servicio, antes de llegar a un tie break en el que el tenista belga estuvo más acertado en el momento clave y mandó el encuentro al tercer y definitivo set.
El tercer set fue una montaña rusa de emociones, con el italiano salvando hasta cinco bolas de rotura, haciendo una defensa numantina apoyado por el enfervorecido público que llenaba la pista, y un Bergs que salvaba las dos primeras bolas de partido en el décimo juego, para llegar a un tie break emocionante, el sexto más largo de la historia de la Copa Davis, en el que Bergs disfrutó de 7 bolas de partido, mientras que el italiano aprovechaba la quinta para colocar el 17-15 definitivo y meter a su equipo en la tercera final consecutiva del torneo.
“Al final me sentí contento. No sabía nada de los puntos de partido. Le pregunté al equipo cuál era el marcador en el tiebreak, porque no lo sabía. No lo recordaba. Estaba muy contento con este partido. Fue una montaña rusa de emociones, pero al final me sentí satisfecho con mi partido, con lo que hice. Creo que tuve una gran actitud durante todo el encuentro. Ahora estoy un poco cansado, pero estoy listo para recuperarme para los próximos días.”
Tras el encuentro el capitán Filippo Volandri valoraba la victoria de sus pupilos:
“Creo que este tipo de partido solo se ve en la Copa Davis. Vimos a dos grandes jugadores luchar por su país. Ambos hicieron un trabajo increíble. Solo uno tenía que ganar. Al final, lo conseguimos nosotros. Eso mismo le dije a Flavio. Le dije que lo deseaba más que el rival. No sé si era cierto o no. En definitiva, es algo increíble. Estoy muy orgulloso de Flavio, orgulloso por supuesto de Matteo, pero de todo el equipo. El público marcó la diferencia al final. Éramos unos 10.500, dándolo todo, porque creo que nosotros también lo dimos todo. Ha sido un gran partido. Como dijo Flavio, toca recuperarse.”