El argentino Diego “Peque” le gano por 6-4, 6-7 (7) y 7-5 al austríaco Dominic Thiem, ya está en los octavos de final del ATP 1000 de Montreal, tras una histórica remontada en el tercer set donde perdia 2-5, consiguiendo cinco juegos consecutivos para ganarle por primera vez a un Top Ten. Por Rodrigo Desmedt.

En un duelo de fondo de la cancha donde ambos con sus luces, errores, garra y magia le entregaron todo el tenis a disposición del público canadiense, donde el argentino con apellido de superhéroe logro un triunfo histórico de esos que te dan el impulso necesario para afrontar su futuro con convicción.

En el primer set Diego comenzó con el saque, un partido de fondo con jugadas muy largas, donde en el primer set el peque comenzó levantando dos puntos de quiebre, para luego de 7 minutos con un revés cruzado ante una ida a la red del austríaco lugar quedarse con el primer set, ya había peloteado el argentino mucho más de lo que había jugado con Opelka.

Thiem comenzaba a complicar el juego de saque del argentino, donde lo movió por todos lados, jugando una aproximación de revés, una paralela a la línea y después dominándolo desde dentro de la cancha le quiebra el saque. Luego el austríaco con su saque estuvo en el comienzo demoledor pero luego se le fue mojando la pólvora y tras tres errores no forzados, incluida una doble falta, le entregó el saque al argentino. Con el quiebre recuperado el argentino pudo tener un juego de saque un poco más tranquilo, pero la maravilla del tenis de los dos estaba por comenzar, ya la cacha comenzaba a marcase de las raspadas de sus zapatillas en el fondo.

El partido era lo que la gente había venido a ver, ambos iban conservando su servicio, pero cada punto les constaba una fortuna, ambos se conocen mucho y saben dónde profundizar el juego. En el décimo juego el argentino empezó a conseguir lo que buscaba, forzó al austríaco a buscarle el error, jugando con control, tratando de mantener el punto hasta el último suspiro, logró que Thiem se descontrole y erre dos pelotas de derechas consecutivas para quedarse con el primer set. Este episodio es el primero que le ganaba al austríaco en todos los enfrentamientos entre ellos.

Schwartzman empezó el segundo set a todo vuelo jugando a la perfección, tirando drops, imponiéndose desde el fondo de la cancha, invirtiendo los papeles y llegando a un triple punto de quiebre tras una doble falta y a que el austríaco volvió a enganchar la derecha, para quebrar con una tremenda izquierda paralela.

Ambos estaban jugando un tremendo partido desde el fondo de la cancha, con peloteos majestuosos donde los puntos se definían por un mínimo margen y luego de dos errores de revés el austríaco recupera el quiebre.

Thiem sostuvo su servicio para luego poner en jaque al argentino con otro punto de quiebre y quedarse con un nuevo quiebre. Luego el argentino desperdició dos puntos de quiebres en el sexto juego, apurándose en la definición y permitiendo que el austríaco sostenga la ventaja.

En el octavo juego Schwartzman entro agresivo y gracias a errores no forzados del austríaco se coloca rápidamente con tres puntos de quiebre, que logra quebrarlo tras un nuevo error de Thiem y sosteniendo su saque ante un descontrolado austriaco que ya en este momento tenía totalmente desenfocado su juego.

Ambos mantuvieron su servicio y llegaron al tie break donde ninguno comenzó prevaleciendo con el servicio, quebrándose constantemente y llegando al cambio de lado empatado en tres. Pero el argentino le cedió dos miniquiebre con errores no forzados de derecha concediéndole

tres puntos de set al austríaco, pero el argentino salva los tres puntos con uno dentro del paquete increíble con un coraje del argentino inigualable. Pero que el argentino no pudo sostener, y el austríaco con más actitud se quedó con esta maravillosa muerte súbita.

Luego de los haber ganado el segundo el austríaco empezó a dominar el tercer quebrando dos veces la resistencia del argentino, todo se dirigía a un triunfo del jugador europeo, pero no se dio cuenta que enfrente tenía un jugador que no va a dejar nada hasta el último minuto para revertir cualquier situación. Y esa garra lo llevo a igualar en cinco el episodio, luego de haber salvado cuatro match point.

Con el envión de semejante proeza quebró en el undécimo y luego vino el drama, al Peque le costo cerrar el partido uno de los mas graves problemas que tienen los tenistas, estuvo 0-40 y con una chance inmejorable del austríaco cuando estaban 30-40 que la desperdició. Y desde ese momento el argentino se fue directo a la tercera ronda, con toda su garra, con un tenis majestuoso. Con todo lo que se debe tener para llevarse puesto a un topo ten y futuro número uno del mundo. Gracias a los dos porque nos dieron la cuota de tenis que necesitábamos para irnos a dormir tranquilos después de haber visto magia en Montreal.