La joven estrella canadiense Denis Shapovalov le dio una clase magistral de fortaleza al español Rafael Nadal ganándole en la tercera ronda del ATP 1000 de Montreal por 3-6, 6-4 y 7-6, en un partido histórico, por el marco por la diferencia de ranking entre ambos y por la decisión de adolescente de jugarle de igual a igual al jugador mallorquin. Por Rodrigo Desmedt.

Ayer fue un día increíble en Montreal, temprano el peque Schwartman luego de esta 0-6 y 0-2 abajo terminó dando vuelta el partido, luego el eterno David Ferrer le dio un correctivo a Roger ganándole un set y llevándolo a jugar más de lo debido para el físico de su majestad, luego el holandés Robbin Haase se llevó puesto a Dimitrov, en el mismo momento el sudafricano Anderson lo sometía a una paliza sin precedente para para partidos head to head al encumbrado estadounidense Sam Querrey y por último la frutilla del postre la noche mágica de un niño, adolescente de 18 años que no tuvo ningún reparo de plantársele a Nadal y demostrale que no le iba a ser tan fácil llegar a ser el número uno.

Hablar del canadiense es hablar de la soltura y la frescura de un jugador que ante la diferencia de ranking, le supo jugar al segundo mejor jugador de la historia del tenis mundial. Lo abrió con el saque dejando un callejón eterno para que Nadal deba llegar a misiles de drive, que se desprendían del brazo del zurdo jugador canadiense. El chico lo vio todo, y el entrenador del chico también, vio el partido de la paliza épica que le había sometido Roger a Rafa en el desierto de Indians Well y lo adecuó al juego de Shapovalov.

El primer set fue el prefacio de la muerte anunciada de Nadal, el español que jugo muy mal anoche con bajo porcentaje de puntos ganados, muy atrás de la cancha, con una diferencia notable de tiro ganadores entre ambos, jugo un primer set con la camiseta y lo ganó asi, nada más. Puede estar el que diga que es menospreciar a semejante jugador pero ayer no tuvo variantes, solo le jugaba al punto más débil del canadiense que fue su revés y con eso le basto para quedarse con la primera manga.

Cuando parecía que el niño se podía conformar con haber jugado un partido entretenido, mejoró aun mas su juego, el revés empezó a funciona, tiraba todo lo que venía a su campo y sabiendo que a Nadal no lo debes hacer entrar en partido, empezó aún más a acortar los puntos, y sin continuidad Nadal no es el mismo. Llegaron en el segundo episodio al noveno juego que con el saque del español Shapovalov le dio cuatro golpes certeros que derivaron directamente al quiebre y a quedarse con el segundo capítulo del partido.

El tercero fue la agonía, la frialdad, la juventud, quien dice que lo canadienses son fríos quien dice que Nadal es invulnerable, quien dice que no se puede ganar jugando la suya, nadie tiene escrito el futuro y nadie tenía en los papeles que Shapovalov, con toda la calle de Nadal, le iba a ganar en el Tie Break del tercero al segundo del ranking mundial. El niño de 18 años llego al momento sublime entero y con los pies en la tierra, en ningún momento dio muestras de extrema confianza.

Tirado en el piso con la mirada al cielo y los brazos abiertos, se presentó con credenciales ante el mundo, un drive tremendo, un saque con ángulos fabulosos, que ambos supieron tapar sus falencias. El revés todavía no está bien pulido, le falta posicionarse mejor y elegir mejor los tiros y en la volea llega tarde y por ello no está bien plantado. El próximo partido es un problema para el chico, un gran problema, le toca un jugador que cuenta con una habilidad notable, que circula por el mundo del ATP con altas y bajas pero cuando se enciende es tremendo, es el francés Mannarino, es un jugador galo que uno nunca puede

predecir si va a jugar con ganas o va a tirar el partido, por lo que se espera un resultado incierto.