El conquense Pablo Andújar está de vuelta. Tras un largo calvario de más de dos años, con tres operaciones en su codo derecho, y continuas molestias que le hicieron incluso llegar a plantearse la retirada del tenis profesional, hoy ha vuelto a saborear las mieles del triunfo tras imponerse en el ATP 250 de Marrakech, GP Hassan II, al británico Kyle Edmund de manera clara por un doble 6-2 tras 1h 22’ de encuentro. Por Juan Luis Lázaro.

Todo esfuerzo conlleva una gran recompensa y tras una larga travesía en el desierto, parece que Pablo Andújar ha conseguido ver la luz al final del túnel, y tras ganar la semana pasada el Challenger de la Academia Equelite del ex nº 1 del mundo Juan Carlos Ferrero en Villena, con una victoria de mérito ante el joven australiano Alex de Miñaur, el conquense cogió su raquetero rumbo a Marrakech y completa una semana de ensueño, sumando su 10ª victoria consecutiva, y su tercer título en tierras marroquíes, tras los logrados en los años 2011 y 2012, en la anterior sede del torneo, en Casablanca.

Llegaba Pablo a la final, después de haber cedido un solo set en todo el torneo, ante el favorito nº 2 Kyle Edmund, actual semifinalista en el Open de Australia, que llegaba a su primera final ATP sin haber cedido ni uno solo set durante la semana, habiendo dejado en la cuneta al mismísimo Richard Gasquet en semifinales.

El español ha llevado la iniciativa desde el comienzo del encuentro, provocando los continuos errores de Edmund que no ha conseguido imponer su juego y que poco a poco ha ido perdiendo su fe en la victoria. Comenzaba muy bien el encuentro para Pablo que ya en el primero juego del encuentro, tenía paciencia para lograr el primer break del choque, tras una derecha ganadora. El conquense salió muy activado y no solo refrendaba la rotura sino que conseguía la segunda tras un error no forzado el británico, lo que le colocaba con un claro 3-0 en el marcador. Edmund quería reaccionar incomodando al español con bolas muy profundas y por fin conseguía sumar su primer juego del encuentro, pero Pablo continuaba dando un recital y lograba el tercer break en otros tantos servicios del de Johannesburgo. Tenían que transcurrir nada menos que siete juegos para que el británico consiguiera hacerse con su primer servicio del encuentro, antes de que el español levantara un 15-40 y cerrara el primer set con algo de fortuna, tras golpear su bola en la cinta de la red, ante un Edmund que no consiguió devolver la bola en condiciones. 6-2 en 39’ y la victoria más cerca.

De nuevo comenzaba el segundo parcial con break a favor de Pablo, quien con experiencia movía al británico, cargando su juego sobre el revés de Edmund, provocando los continuos errores de este. Avanzaba el set, con el español sacando sus saques adelante con mucha solvencia y consiguiendo casi decantar el choque a su favor en el quinto juego del parcial, cuando con una volea a la red del británico, colocaba el 4-1 en el marcador. Con todo perdido Edmund recuperaba uno de los dos breaks en contra, pero fue un espejismo ya que por aquel entonces el británico no creía en la victoria, cediendo de nuevo su saque. Andujar sacaba para hacerse con su primer título desde el año 2014 donde lograba la victoria en Gstaad, y aunque desperdició su primera bola de campeonato, en la segunda, la bola de Edmund se marchaba al pasillo de dobles lo que provocaba la alegría inmensa del español que se lanzaba al suelo y levantaba los brazos al cielo de Marrakech, celebrando una sin duda merecida victoria.

Es el cuarto título ATP para Pablo Andújar y se convierte en el segundo campeón de un torneo ATP con peor ranking, llegaba con ranking protegido ocupando el puesto 355 de la ATP, después del hito que estableció Lleyton Hewitt en 1998 cuando se imponía en el torneo de Adelaida cuando ocupaba el puesto 550 de la clasificación.