El primer partido en un Grand Slam resulta siempre complicado para los jugadores que ocupan posiciones nobles en la clasificación, Pablo Carreño es el jugador nº 12 del mundo y cabeza de serie nº 20 del torneo, independientemente de la diferencia de ranking que exista con tu contendiente. Y así le ha ocurrido al jugador gijonés que ha caído derrotado en la primera ronda de Wimbledon frente al moldavo Radu Albot que aprovechando el irregular partido del español se ha impuesto por 3-6 6-0 6-7(5) 6-2 6-3 tras 3h 46’ de partido. Por Juan Luis Lázaro.

El partido que empezó ayer por la tarde y ha finalizado en la mañana de hoy, era un choque inédito en el circuito ATP. Carreño tenía enfrente a un jugador que combina sus apariciones en el circuito con su presencia en Challengers, y que tenía un balance hasta el comienzo del torneo británico de 6 victorias y 14 derrotas en lo que va de temporada, siendo su mejor resultado los cuartos de final del novedoso torneo de New York donde cayó ante el japonés Kei Nishikori.

Aparentemente el español era muy favorito, si bien es cierto que la hierba no es una superficie fetiche para Carreño quien aún no ha conseguido ganar ni un solo encuentro ni en Wimbledon ni en sus dos participaciones en torneos sobre esta superficie en Nottingham.

Pero el favoritismo, en la pista hay que demostrarlo y más en un encuentro a 5 sets en el que la concentración prima por encima de todo. El comienzo del choque fue esperanzador para el jugador español, quien tras un emocionante cuarto juego del encuentro, consolidaba el segundo break del encuentro a su favor con su saque, para colocarse con 4-1 en el marcador. Las sensaciones a pesar de todo no eran buenas para el español que parecía incómodo sobre la pista 8 del Old England Tennis Club, pese a lo cual mantuvo su ventaja para anotarse el primer parcial por 6-3 tras 41’ de encuentro.

El segundo set fue un auténtico desastre para el jugador español, que se mostró errático, poco metido en el encuentro, y con unos porcentajes de servicio que hicieron que Albot le encajara un rosco en apenas 23’, sumando tan solo Carreño 13 puntos en todo el parcial, para igualar el encuentro a un set.

El tercer set, fue el más igualado del choque. Oportunidades de rotura para ambos jugadores, break de Carreño en el noveno que le ponía en bandeja el set que podía cerrar con su servicio, pero no era el día del gijonés que a continuación cedía su servicio en blanco, poco antes de que se llegara al desenlace del tercer parcial en el tie break. Como no podía ser de otra manera igualdad máxima, hasta que una bola larga del moldavo otorgaba el tercer parcial a Pablo, que gritaba un “Vamos”, que necesitaba como agua de Mayo, para encontrar la regularidad ausente en su tenis hasta el momento.

Parecía que la victoria de este set podía dar alas al español, ante un rival que estaba jugando mejor, pero que se encontraba por debajo en el marcador. Nada más lejos de la realidad. Los errores de Carreño volvían a aflorar sobre la pista, y de salida Albot conseguía tomar ventaja colocando el 2-0 a su favor. Pablo sufría en cada servicio que ponía en juego, consiguiendo

muy pocos puntos gratis, y aunque salvaba una bola de 4-1, dos juegos más tarde el moldavo colocaba el 5-2 y con su servicio, igualaba de nuevo el marcador.

Se acercaba la noche, pero se ponía en juego el quinto y definitivo set. Nuevamente el español, muy desafortunado con su servicio, lo cedía en el tercer juego, después de levantar un 0-40, y cuando Albot certificaba la rotura con un servicio en blanco, la campana salvaba de una derrota casi segura a Carreño, cuando el juez de silla decidía suspender el encuentro por falta de luz, cuando se alcanzaban las tres horas de partido. El español se iba a vestuarios con 38 errores no forzados en su casillero, 29 de ellos con su derecha, que no había funcionado en el día de hoy.

El encuentro se reanudaba en la mañana de hoy con un todo o nada para el español, que debía remontar el 3-1 adverso en el último parcial. Sin embargo no solo Pablo no remontó sino que apenas conseguía hacer 2 puntos en los tres juegos disputados, lo que certificaba una nueva derrota en Wimbledon.