El joven australiano juega esta semana en el ATP 250 de Atlanta y en una entrevista con el sitio oficial de la ATP comentó como fue jugar con dolor y lo que hizo que tenga que parar para poder mejorar físicamente. Por Javier Ayala.

Una de las promeses del tenis australiano es sin dudas Alex de Minaur, nacido en Sídney en el año 1999, ya dio que hablar en el circuito y es uno de los personajes de la camada NextGen que tanto da que hablar en el circuito.

El joven de 20 años, en el comienzo de la temporada tuvo una lesión en la ingle que lo molestaba constantemente, pero que lo dejaba jugar. Pero en el Masters 1000 de Indian Wells el dolor se agravó pero con medicamentos lo atenuaba. Pero mas allá de esto, perdió en el debuto ante Marcos Girón y tuvo que tomar una decisión. “Fue cuando dije, Tengo que detenerme”.

Luego de estar dos semanas en Aicante, España, donde reside, la ansiedad por competir hacia difícil la espera. El australiano se caracteriza por su lucha en la cancha, sin regalar nada, dando todo siempre de si, y no estar compitiendo lo desesperaba un poco, “No estoy acostumbrado a estar en casa tanto tiempo y, quiero decir, nosotros los jugadores de tenis, tenemos que salir y competir, al menos yo. Soy una persona muy competitiva y fue difícil para mí. Estaba jugando mucho al golf. Pero aún así, necesitaba volver a la cancha”.

“Obviamente, ver a la gente adelantarse a ti y que los chicos estén jugando estos torneos y viendo los resultados que estaban haciendo y no pudiendo siquiera poder estar ahí afuera y competir, eso fue muy difícil”, siguió expresando la ansiedad que tenía en esos días por no poder jugar al tenis.

Tras algo menos de dos meses afuera de las pistas, desde que volvió a competir en Estoril perdió cinco de siete partidos, algo que no estaba en sus planes antes de la lesión ya que venía compitiendo en gran nivel, “Te dicen que te prepares para eso y cómo te vas a sentir, y no es como piensas que será. Regresas, te toma mucho tiempo recuperarte, y luego esperas que regreses al mismo nivel que dejaste, por lo que fue muy difícil”, comentó el NextGen.

“Es sólo confianza. Jugando partidos, jugando los grandes puntos a la derecha. Es algo que se da por sentado cuando las cosas van bien. Pero cuando tienes que parar e intentar volver a entrar, es difícil. En este momento, estoy en un muy buen espacio de cabeza. Siento que he estado entrenando en casa, jugando un gran tenis. Ahora solo tengo ganas de salir y competir y jugar un buen tenis”. Agregó el número 34 del ranking mundial.

Esta semana arranca como tercer preclasificado en Atlanta, donde espera por el ganador del duelo entre el estadounidense Bradley Klahn o al rumano Marius Copil, pero lo más importante para el, es que esta nuevamente compitiendo.

“La belleza de este deporte es que tienes la mayor confianza cuando ganas y la más baja cuando pierdes. Al ser capaz de seguir luchando y obtener esa sensación ganadora, supera cualquier sensación mala que haya tenido en el último mes”, dijo De Minaur.

Uno de los exponentes más importantes para figurar en los primeros planos del tenis mundial, no se rinde y quiere más de sí mismo, “Nunca puedes estar contento. A pesar de que tuve un aumento increíble en el ranking, el año próximo siempre es diez veces más difícil porque tienes que respaldar todo. Todo el mundo te conoce. Todo el mundo está ahí para atraparte, por lo que debes seguir mejorando cada día, y siento que eso es lo que he estado haciendo y cómo me estoy colocando en excelentes posiciones. Tienes que seguir presionando hasta que alcances lo más alto que puedas. Ese es el objetivo final para cualquier persona. Nunca seré feliz estando donde estoy. Siempre querré ser aún más alto. Ese es mi espíritu competitivo y mi disposición para seguir mejorando. Es mi pasión y tengo la suerte de poder llamar mi pasión a mi trabajo, por lo que no es tan malo”.

Para finalizar, resumió lo que espera para que que venga, “Voy a hacer todas las cosas correctas, ser mentalmente fuerte, físicamente fuerte y estar jugando bien al tenis, así que creo que es solo una cuestión de tiempo”.