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Dominic Thiem y la maldita muñeca que obligó a un temprano retiro

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El tenista austríaco jugó hoy su último partido como profesional, poniendo punto final prematuramente a su carrera deportiva. Por Damián Tiscornia

El domingo 14 de septiembre del 2020 Dominic Thiem tocó la gloria deportiva al consagrarse campeón del US Open tras vencer a Alexander Zverev en la final y conseguir de esta manera el primer Grand Slam de su carrera deportiva. El austríaco obtenía así el título que le venía siendo esquivo luego de perder tres finales (dos en Roland Garros y una en el Australian Open) y se esperanzaba en ser protagonista del circuito.

Pero poco pudo disfrutar de ese momento de esplendor deportivo, luego de que el 21 de junio del 2021 su carrera cambiara para siempre. Aquel día por los octavos de final del ATP 250 de Mallorca se fracturó su muñeca derecha en un partido ante el francés Adrian Mannarino, lo que obligó a retirarse del torneo. Ese partido, incluso, fue el último suyo en esa temporada.

Luego de recuperarse volvió al circuito para la temporada 2022, pero recién pudo debutar a fines de marzo; sus resultados ya no fueron los mismos y perdía frente a rivales a los que antes vencía. Es cierto que fue finalista en un par de torneos (Kitzbühel 2023 a nivel ATP y Rennes 2022 en Challenger) y semifinalista en otros, pero sus buenas actuaciones en los torneos empezaron a ser cada vez más esporádicas.

“Entrené con una intensidad altísima durante muchos años y los médicos me han reconocido que la rotura de mi muñeca (fue) por todos los entrenamientos que hice, todos los golpes que ejecuté y los duros entrenamientos que tuve durante muchos años”, dijo este año a medios de su país. “Pasé todos los años de mi carrera compitiendo ante los mejores de la historia y la presión que me metí para llegar a ese nivel y mantenerlo, contribuyó a la lesión, no tengo duda”, añadió quien posee un exquisito revés paralelo a una mano.

En febrero de este año Dominic Thiem afirmó en una entrevista que había tomado la decisión de no jugar en marzo los Masters 1000 de Indian Wells y Miami para disputar tres torneos en el circuito Challenger. La estrategia era clara: medirse frente a jugadores que podían tener un nivel más adecuado al que él venía mostrando y si todo salía bien podía llegar a trepar rápidamente en el ránking al no defender demasiados puntos en el principio de año.

“Veo esto como la última oportunidad, si me sale bien todo podría cambiar rápidamente”, declaró entusiasmado en aquella entrevista el jugador nacido en septiembre de 1993 en la ciudad de Weiner Neustadt, al sudeste de Viena.  El tenista austríaco, de todas formas, fue realista sobre su presente deportivo y reconoció lo difícil que le estaba siendo jugar a nivel ATP. “Cada partido en un ATP 250 es complicado”, dijo con total sinceridad.

En marzo Thiem llevó a la práctica el plan que había pensado, aunque apenas disputó dos Challengers y los resultados no fueron los esperados: en uno perdió en primera ronda y en otro en octavos de final. Más allá de los resultados obtenidos, el cambio en su planificación en parte se debió a que se había resentido de los problemas que arrastraba en su muñeca. “Existe una pequeña inflamación y por eso me retiré del Challenger de Nápoles”, dijo en esa oportunidad al comunicar una nueva recaída en sus problemas físicos.

El pasado 10 de mayo terminó tirando la toalla frente a la lesión que lo alejó de su mejor momento deportivo y anunció su retiro del tenis una vez que finalizara esta temporada. Era la decisión que en diferentes entrevistas insinuaba que iba a tomar si seguía padeciendo los problemas físicos que no lograba superar. “Llevo pensando en esta decisión durante mucho tiempo”, dijo en un video publicado en sus redes sociales.

Uno como fanático del tenis quizás era la decisión que tenía remotas esperanzas de que se demorara su anuncio un tiempo más, pero termina siendo lo mejor para él y hay que aceptarlo. Hacía un tiempo largo ya que peleaba por alcanzar el nivel que lo llevó a ocupar el puesto número 3 del ránking mundial y no lo encontraba, más allá de algunas buenas actuaciones puntuales.

Luego de realizar el anuncio de su retiro Thiem se dedicó a disfrutar el poco tiempo que le quedaba dentro de las canchas y a jugar algunos torneos a modo de despedida. En Roland Garros fue protagonista involuntario de una polémica luego de que la organización no le otorgara una wild card para poder despedirse jugando en el cuadro principal, pese a ver sido dos veces finalista. Sin embargo, él mismo se encargó de desactivarla: “no me la merecía”, dijo con total humildad quien terminó jugando la clasificación e incluso ganó un partido.

“Llegué al top-100 más tarde que muchos de mis coetáneos y, honestamente, jamás pensé que sería posible ganar un título de Grand Slam y ser número 3 del mundo”, declaró Thiem en una entrevista que concedió en su último US Open. “Me considero muy afortunado por haber compartido mi carrera con el Big 3 y el resto de grandes tenistas ante los que competí”, agregó el que también es dueño de una belleza física apreciada por muchas fanáticas alrededor del mundo y unos ojos claros que pueden encandilar a cualquiera que se le cruce en el camino.

A nivel estadístico Thiem se retira con un récord de 348 victorias y 215 derrotas en el circuito ATP. Durante los trece años que fue profesional fue doce veces finalista y ganó un total de diecisiete títulos, entre los que se destacan el US Open mencionado anteriormente, un Másters 1000 (Indian Wells 2019) y cinco ATP 500 (Acapulco 2016, Río de Janeiro 2017, Barcelona 2019, Beijing 2019 y Viena 2019).

Hoy el público de su país pudo disfrutarlo por última vez dentro de una cancha en la derrota 7-6(6) y 6-2 frente al italiano Luciano Darderi. También despidió a alguien que supo ser el niño prodigio y que llegó hasta donde el físico se lo permitió buscando la excelencia, compitiendo de igual a igual contra los mejores. Ojalá pronto encuentre su lugar fuera de las pistas para que el tenis siga contando con su talento, así sea formando a los nuevos campeones del mañana. 

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Marcelo Filippini en exclusiva: “Todo lo que tengo se lo debo al tenis”

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El entrenador uruguayo habló en exclusiva con Ubitennis.es, repasando lo que su temporada como entrenador de Tristán Boyer. Por Damián Tiscornia.

Su nombre forma parte de una de las mayores hazañas que registra el tenis uruguayo, cuando en septiembre de 1994 Uruguay le ganó 3 a 2 a Argentina en el Carrasco Lawn Tennis para jugar por un lugar en el repechaje del Grupo Mundial. Formó, además, junto a Diego Pérez parte de una de las mejores generaciones que tuvo el tenis de nuestro país. 

Marcelo Filippini está de vuelta en el ruedo, luego de algún tiempo alejado del día a día del tenis tras su retiro como profesional a mediados del año 2000. “Estuve alejado porque mi prioridad era la familia, y el crecimiento de ellos”, dice en relación a sus hijos en una entrevista concedida a Ubitennis.es. 

Hace unos años Filippini acompañó a Pablo Cuevas algunas semanas en el circuito, en los que fueron las últimas apariciones del salteño como profesional. Fue ahí donde confiesa que empezó a gestarse éste presente que vive hoy en día. “Me picó el bichito para volver a viajar, mis hijos son más grandes ya, puedo tener más libertad y disponibilidad”, sostiene el nacido en agosto de 1967. “Es algo que me motiva”, recalca. 

Esos viajes junto a Cuevas le posibilitaron ser hoy uno de los entrenadores del estadounidense Tristán Boyer, que en 2024 ganó el Uruguay Open en la misma cancha que supo brillar él en su época de jugador. A sus 24 años su pupilo está en esa pelea por terminar de meterse en el top cien del ránking, que le permitiría clasificar directo a los torneos ATP, y dejar un poco de lado el mundo Challenger, aunque sea circunstancialmente. 

“Ha sido una muy buena experiencia, en la cual espero que todo lo que aprendió él este año podamos poner en práctica el año que viene”, declara el entrenador sobre lo que fue éste año junto a Boyer. “(Está) creciendo como jugador”, añade quien ha acompañado al estadounidense durante 16 semanas en esta temporada que está culminando. 

Boyer finalizó el año con un récord de 5-9 en el circuito ATP, destacándose el haber llegado a la segunda ronda del Australian Open tras superar la clasificación y la segunda ronda alcanzada en los Másters de Indian Wells y Toronto. “Él ha estado madurando, jugamos mucho mejor los torneos grandes que los torneos chicos. Levantamos de nivel”, asegura al respecto quien en agosto de 1990 llegó a ocupar el puesto 30 del ránking mundial.

El regreso de Filippini no se dio sólo como entrenador, sino que también es el actual vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Tenis (AUT). “(Tenemos) muchas cosas para hacer en la asociación”, sostiene. “Esperemos que en el 2026 podamos seguir mejorando en el tenis nacional”, se ilusiona quien como jugador ganó cinco títulos ATP (Bastad, Praga, Florencia, Atlanta y St. Polten).

Hoy día en singles Uruguay cuenta con Franco Roncadelli entre los 350 mejores del ranking mundial casi consolidado en el circuito Challenger, y los mellizos Joaquín y Federico Aguilar dando sus primeros pasos en ese mismo circuito. ¿Hasta dónde cree que podrán llegar los tres? “Eso va a depender de ellos. Ya están en etapa profesional, es muy poco lo que puede hacer la asociación”, afirma al respecto el directivo. “(La AUT) se tiene que enfocar más en los chicos que tienen entre 10 y 14 años, que son los futuros tenistas. (…) Estamos enfocados en las edades más tempranas”, subraya. 

Para que los niños puedan desarrollar su talento y potenciar sus habilidades la AUT cuenta con el Centro de Desarrollo de tenis en el Parque Rodó, que fue en lo que se transformó la plaza de deportes número 3. “Tener un centro es importantísimo para el desarrollo del tenis nacional”, asegura quien en 1999 llegó a los cuartos de final en Roland Garros. 

Es intención de la AUT fomentar la relación con los clubes que se encuentran en el litoral y el resto del interior del país, aunque Filippini por el momento descarta que se construyan nuevos centros de desarrollo fuera de la capital. “(Hay que) ir diversificando centros en el interior para poder formar más chicos de diferentes lados”, sostiene.

Primero fueron quince temporadas como profesional y ahora su etapa como entrenador y directivo de la AUT. Sin dudas, toda una vida ligada al deporte que tanto le dio, adentro y afuera de la cancha. “Soy un agradecido al tenis, todo lo que tengo se lo debo al tenis”, subraya. 

 

 

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La difícil realidad del tenis en Venezuela

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¿Qué tan difícil es para un jugador ser tenista profesional en Venezuela?, ¿qué esfuerzos debe realizar para serlos?, ¿cuánto apoyo reciben? Parte de estas preguntas se intentarán responder en este artículo. Por Damián Tiscornia.

Sabido es que desde hace varios años Venezuela no atraviesa por un buen momento político y social, por distintos motivos que no es el objetivo de este artículo analizar. El tenis, un deporte que requiere invertir mucho dinero para cualquier jugador que desee tener una carrera exitosa como profesional, no está ajeno a esa situación y sufre por ello.

En ese contexto surge una pregunta válida: ¿qué tan difícil y costoso es para un deportista venezolano aspirar a tener una carrera como profesional en el circuito ATP y conseguir recursos para tales fines?, ¿y el tenis social para los aficionados que desean practicarlo de manera amateur? Esta y otras interrogantes se intentarán responder en este informe.

La realidad hoy en día

La crisis por la que atraviesa Venezuela repercutió en la clase media, según dice Luis Contreras, quien desde el 2012 es el presidente de la Federación Venezolana de Tenis. De todas formas, el dirigente asegura que la federación que preside cuenta con alrededor de cuatro mil afiliados que practican tenis en sus varias ramas (tenis y tenis de playa); entre ocho y diez mil personas son las que en total tienen al tenis como uno de los deportes que entrenan socialmente y de manera amateur.

¿Qué tan costoso es practicar tenis en su país? “Cualquier deporte es costoso. El tenis de principiante, de desarrollo, no es más costoso que cualquier otro deporte comparativamente”, dice al respecto Contreras. De todas formas, añade: “El tenis es costoso cuando el muchacho ya empieza a competir, a viajar, con las raquetas, con los zapatos. Eso es lo costoso del tenis”.

Los altos costos que tiene el deporte de competencia, según relata Contreras, lleva a que en la actualidad muchos chicos venezolanos busquen ganar una beca en alguna Universidad de Estados Unidos antes de que pensar en llevar una carrera como profesionales en el circuito ATP. “(Se necesita) una inversión económica muy fuerte y no se tiene el apoyo para poder aventurarse a un tipo de esfuerzo como éste en el tenis profesional”, sostiene.

Ricardo Rodríguez Pace, que es tenista venezolano profesional desde 2010, coincide con Contreras en lo difícil que es para un tenista de su país ser profesional. “En Sudamérica ya es difícil de por sí, pero ser tenista venezolano lo hace el doble de difícil y más para los que están comenzando”, afirma. “En ningún país que no sea el tuyo te ayudan con un wild card para todos estos chicos que están comenzando sus carreras”, agrega.

“Conseguir apoyo en Venezuela es una hazaña. Llevo más de diez años siendo el número 1 del país y aún no consigo empresas y sponsors que se sumen al proyecto”, declara el nacido el 28 de abril de 1993. “Ojalá esto cambie, que las empresas se animen a apoyar a sus tenistas”, lanza a modo de súplica.

Carencias

“Somos el único país de Suramérica que no tiene torneos internacionales, ni junior ni profesionales”, se lamenta Rodríguez Pace. Contreras en cierta forma refuerza lo señalado por quien es embajador de Fila. “Por una sanción que tenemos no podemos hacerlos. Todo esto ha conllevado a que haya bajado el nivel de tenis en Venezuela”.

Esa sanción de la que hace referencia el dirigente podría estar relacionada a lo que denuncia Rodríguez Pace. “No tenemos una federación constituida, por lo que la ITF no nos ha pagado al país los recursos provenientes de Copa Davis, con los que los jugadores del equipo cuentan para seguir viajando”, dice. “(Desde junio del 2021) he jugado tres series de Copa Davis ya y aún no he cobrado”, añade.

Lo denunciado por Rodríguez Pace, sin embargo, en cierta manera contradice lo señalado por Contreras. “(Somos una) federación autosustentable. Tenemos el apoyo del Estado, de las asociaciones, de los padres representantes”, asegura el mandamás. “Nuestra federación no ha parado en todos estos años y seguimos con mayor ímpetu tratando de desarrollar diferentes programas”, recalca más adelante.

Los problemas en las series de Copa Davis parecen no ser sólo de éstos últimos años. En 2017, por ejemplo, el país caribeño presentó sólo tres jugadores en una serie ante Barbados por falta de recursos económicos. “Enfoqué el equipo a ver lo que si teníamos y no en lo que nos faltaba. Resolvimos todas nuestras carencias y competimos una serie muy buena y los chicos con la mejor actitud del año”, declaró a Ubitennis.es en aquel momento Yohny Romero, que fue el capitán de Copa Davis entre octubre de 2016 y noviembre del 2017.

El entrenador destacó el enorme sacrificio que realizan los tenistas para tener una carrera deportiva a nivel profesional. “Debemos estar muy orgullosos que todavía tenemos jugadores compitiendo en el tour profesional”, afirmó quien es el responsable de la Academia Yohny Romero. “Atreverse ya es un triunfo”, declaró el nacido en noviembre de 1978.

Más allá de todo, Contreras destaca el hecho de que Venezuela pueda contar con jugadores que defiendan a su país en certámenes continentales como la Copa Davis en la rama masculina y la Copa Billie Jean King a nivel WTA, así como en todas las categorías juveniles. “(La palabra) difícil no cabe para nosotros porque es lo que nos gusta y lo que hemos hecho todos estos años”, dice.

Partir, regresar y pensar en el futuro

Ricardo Rodríguez Pace es uno de los dos tenistas ranqueados en singles que tiene hoy en día Venezuela, junto al joven Brandon Pérez. En dobles, además de ellos dos, tiene como destacado a Luis David Martínez, que finalizó la temporada en el puesto 85 del ránking mundial y es un jugador consolidado en el circuito Challenger, alternando también a nivel ATP.

Rodríguez Pace cuenta que para comenzar su carrera deportiva en 2010 se tuvo que mudar a España debido a que vivir en el país y aspirar a competir afuera “era imposible”, según dice, por lo que le era más fácil salir de Venezuela y residir en el exterior. “No habían muchas opciones de vuelos comerciales para poder armar un calendario”, asegura.

Sin embargo, en 2023 tomó la decisión de regresar al país porque la situación del país ha mejorado un poco, habiendo incluso retornado profesionales de otros ámbitos, según se desprende de sus palabras. Ahora, por ejemplo, Venezuela cuenta con vuelos comerciales que le permiten elaborar un calendario desde su país. “Ahora tengo un equipo completamente venezolano y la calidad del trabajo que se hace es alta”, sostiene.

Hoy día la realidad del tenis venezolano dista de la que supo ser décadas atrás cuando tuvo entre los mejores cien del ránking mundial a jugadores como Jorge Andrew y Nicolás Pereira, el uruguayo nacionalizado venezolano que defendió al país caribeño en los noventa.  De todas formas, Contreras se ilusiona con que su país tenga un resurgir en los próximos años. “Este año tuvimos el caso de Ignacio Parisca, que logró clasificar a los Grand Slam juniors y que se convierte en una promesa para el tenis venezolano”, dice. “Siempre tenemos buenas camadas en juniors”, destaca.

Esa es la gran apuesta del tenis en Venezuela. Encontrar esa promesa que vuelva a ilusionar tanto a la afición como a los dirigentes con pelear cosas importantes a nivel continental. El camino no será fácil por las circunstancias relatadas líneas arriba, pero es por lo que tanto luchan quienes tienen la responsabilidad de conducir el tenis en el país venezolano…

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Italia gana la Copa Davis por tercer año consecutivo

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El equipo capitaneado por Filippo Volandri se impuso a España en la final disputada este domingo, demostrando que es un buen equipo a pesar de no contar con Jannik Sinner. Por Damián Tiscornia.

Italia se consagró campeón de la Copa Davis tras derrotar 2-0 a España en la final disputada este domingo. El ganado en Bologna es el tercer título consecutivo que gana el equipo italiano y el cuarto de toda su historia.

La jornada comenzó con un triunfo 6-3 y 6-4 de Matteo Berrettini ante Pablo Carreño Busta, en un duelo de experimentados jugadores. Quien fuera finalista de Wimbledon en 2021 aprovechó las dos situaciones de quiebre que tuvo a su favor (una por ser) para quedarse con una merecida victoria.

En el segundo punto Jaume Munar parecía que encaminaba el triunfo al ponerse 6-1, 1-0 y saque al comienzo. Sin embargo, Fabio Cobboli supo reaccionar a tiempo para ganar los dos últimos parciales 7-6(5) y 7-5 para darle la victoria a su país.

La ganada éste domingo es la tercera Ensaladera consecutiva que gana el equipo capitaneado por Filippo Volandri y la cuarta de toda su historia. España, por su parte, es el quinto subcampeonato que consigue.

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