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Primera plana

Los Interclubes, un mundo aparte del circuito profesional

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Los torneos interclubes son el medio de vida de muchos jugadores que no tuvieron suerte en el circuito profesional. Conocé más sobre ellos en este informe. Por Damián Tiscornia.

El tenis es un deporte que mueve mucho dinero y demanda mucha inversión para practicarlo a nivel profesional. Sin embargo, no todos los jugadores del circuito tienen la posibilidad de tener una carrera que les permita igualar los gastos que tienen para mantener su carrera deportiva. Por varios motivos: deportivos, económicos y por qué no sociales.

No todos, por ejemplo, tienen la posibilidad de nacer en una familia que cuente con infinitos recursos económicos para tener todo al alcance de la mano y luchar por estar en la élite del tenis mundial. O en un país desarrollado socialmente. Tampoco todos los tenistas tienen la suerte de tener el revés de Roger Federer, la derecha de Novak Djokovic o la fortaleza mental de Rafael Nadal.

La falta de los recursos que sea lleva a muchos tenistas a buscar en los torneos Interclubes la posibilidad de buscar los recursos que necesitan para llevar una carrera deportiva en el circuito profesional. Otros, en cambio, tienen en esta clase de torneos su único medio de vida y dependen pura y exclusivamente de su desempeño en ellos.

Las líneas que se presentan a continuación intentarán reflejar la realidad que viven los deportistas que disputan los torneos Interclubes en Europa. ¿Se puede hacer una carrera jugando exclusivamente esta clase de torneos?, ¿cuáles son los países en los que se paga más dinero?, ¿los tenistas top los juegan a veces?

¿Qué son los interclubes?
Tal como lo dice su palabra, los Interclubes son torneos que se disputan entre clubes en gran parte del continente europeo; por lo menos allí es donde se reparte una muy buena cantidad de dinero. Alemania, España, Italia, Francia, Austria y Suiza son algunos de los países en los que se juega esta clase de torneos.

Los clubes que son animadores de los diferentes torneos poseen un organizado sistema que reúne a destacados deportistas que compiten por la gloria deportiva y por cierta estabilidad económica. En algunos oportunidades, incluso, son reforzados con tenistas top que tienen un espacio en su calendario y deciden jugar.

“Son competencias por equipos entre clubes de Europa. Dentro de cada país hay muchas categorías. En Alemania, por ejemplo, hay una competición nacional con diez equipos, la Bundesliga. Sin embargo, hay 6 divisiones más”, declaró años atrás Antonio Cordonnier en el portal Vida y tenis. “Al momento de fichar un jugador extranjero, los clubes buscan que sea el mejor jugador del equipo para así mejorar la plantilla y tener más posibilidades de ganar”, agregó más adelante.

Las condiciones
El argentino Ariel Rossi, que pasó sin pena ni gloria por el circuito profesional, contó en el 2011 cómo viven quienes juegan esta clase de torneos. “Lo habitual, para nosotros, es alojarnos en casas de familia; en algunos casos, el club te alquila un departamento”, sostuvo en el diario La Nación.

El uruguayo Gonzalo Bancalari, por su parte, agregó que los jugadores en muchas ocasiones viven juntos para abaratar costos. “Siempre fue así para los jugadores de nivel profesional del más bajo y más para nosotros, los sudamericanos, que siempre nos costó mucho todo”, afirmó a Ubitennis.es quien juega en Alemania desde el 2016.

Bancalari defiende desde el 2017 al TC Bischweier junto a sus compatriotas Rodrigo Arus y Erick Silva, quien además es el propietario de la academia en la cual trabaja dando clases. “Tuve oportunidades de jugar en otros clubes, pero me siento muy, muy cómodo en el club donde estoy porque siempre me trataron muy bien”, sostuvo.

El uruguayo de 23 años, además, contó que generalmente la temporada comienza en la primera o segunda semana de mayo y se extiende hasta la última de julio porque en agosto ya comienzan las vacaciones de verano europeo. Esa es una de las grandes diferencias que tienen los Interclubes con el circuito profesional.

Según relató Rossi en su momento, en Francia también se juega en el mismo período de tiempo y la estructura del torneo está dividida en varias divisiones de ascenso. “Uno, si se organiza bien por regiones, puede jugar hasta tres torneos por semana. Si te va bien, se contactan con vos y te llevan”, resaltó.

Hablemos de números
Una de las grandes preguntas que el lector se puede hacer es saber cómo llegan los jugadores a contactarse con los clubes para defenderlos y jugar en ellos. “Las profesionales lo conocen, se sabe, aunque normalmente lo que más funciona es el ‘voz a voz'”, declaró en el 2012 la catalana Laura Pous en el portal Punto de break.

De todas formas, el ‘boca a boca’ no es el único medio que tienen los tenistas para llegar a los torneos según relató la propia Pous. “Incluso hay agentes que se encargan de buscarte clubes por Europa, a cambio de un 5% de lo que ganes aproximadamente; yo lo tuve un tiempo, pero prescindí de él al poco tiempo”, dijo quien se retiró en el 2016.

Sin embargo, no todos pueden jugar esta clase de torneos. O, mejor dicho, no todos la tienen tan fácil, dado que quienes no possen pasaporte comunitario deben sortear otros obstáculos, según contó Juan Manuel Valverde a La Nación en 2011. “Al no tener ciudadanía europea, este año tuve que jugar diez torneos por plata, en certámenes rentados de la Federación francesa. De esa manera quedás habilitado para jugar en los clubes”, dijo.

A la hora de hablar de números Bancalari no duda en afirmar que donde mejor se paga es en Alemania y Suiza. “Eso es sin lugar a dudas”, sostuvo. En 2011 Rossi también se expresó en la misma línea que el tenista uruguayo. “En la Bundesliga se paga mejor”, declaró el argentino en aquel momento.

¿Cuánto puede percibir un jugador por disputar un torneo? Todo dependerá del ránking que tenga: cuanto más arriba está, mayor será la remuneración que recibirá. A un jugador de nivel medio-bajo, por ejemplo, se le puede abonar entre 500 y 800 euros por cada encuentro ganado. Un jugador ubicado en el top 200 podría llegar a cobrar 2.500 dólares y uno del top 100 6.000 dólares. “Los clubes te pagan por jugar, ganes o pierdas”, declaró Antonio Cordonnier años atrás.

Al ser el tenis un deporte deficitario para quienes forman parte del circuito Challenger y por lo general juegan Torneos ITF, éstos muchas veces optar por jugar Interclubes durante algunas semanas para cubrir los gastos que tienen durante todo el año, principalmente en materia de traslados y hospedaje.

La argentina Erica Krauth fue una de las que en su momento jugó los Interclubes para poder llevar adelante su carrera deportiva. “Pude sostenerme económicamente jugando Interclubes, algo que en la Argentina sería imposible”, dijo a La Nación quien en Alemania se consagró campeona con Damen Meister. “Los Interclubes son un mundo aparte”, resaltó quien se retiró de la práctica activa del tenis en el 2010.

“El circuito de la ATP es para cien personas. Para el resto es difícil. No ves plata; estás invirtiendo, más que ganando. Seguís viajando y jugando, pero es un gasto enorme, vas a pérdida. Los Interclubes pueden ser una forma de ganarse la vida y tener una base para seguir intentando con los Futures o Challengers después”, contó Alejandro Kon.

“También se dan mucho los bonus, en los que ganas más según venzas o no, tanto a nivel individual como de equipo, porque al final lo que quieren es ascender de división o no descender, y también les gusta mucho que sientas el equipo”, destacó Laura Pous, que en enero de 2012 llegó a ocupar el puesto 72 del escalafón mundial.

Ahora, ¿de dónde sale todo el dinero que se necesita? Los clubes por lo general cuentan con buenos presupuestos por los ingresos que tienen las diferentes academias de tenis por la cuota social que cobran y el alquiler de canchas. “También cuentan con dinero de los ayuntamientos, además de sponsors de la misma Federación Francesa de Tenis que también hacen aparición en estos campeonatos”, aseguró la periodista francesa Charlotte Ezdra.

Tenistas top dicen presente
Cierto es que esta clase de torneos son disputados en su gran mayoría por jugadores que no tuvieron demasiado recorrido en el circuito profesional o que, como vimos, acostumbran jugar Torneos ITF o Challengers y necesitan ganar cierto dinero para minimizar las perdidas. Sin embargo, eso no quita que jugadores ubicados entre los mejores del mundo en algún momento opten por defender a algún club; no hay nada que lo impida.

Años atrás, por ejemplo, el austríaco Dominic Thiem siendo el número ocho del mundo se hizo un hueco en su calendario para representar al TK Mannheim, el campeón de Alemania. Quizás en sus comienzos no, pero está claro que hoy en día el dinero que pueda llegar a recibir en un torneo de esta categoría no le hace la diferencia a esta clase de jugadores.

En ese sentido, Bancalari aseguró que hasta el momento no tuvo la fortuna de compartir equipo con figuras del circuito, aunque sí le tocó enfrentar a jugadores ubicados en el top 200 del ránking mundial y a extenistas de muy buen nivel. “La diferencia es grande, por supuesto”, afirmó quien salió de la escuela del entrenador Marcelo ‘Toto’ Aguirre.

Si bien tenistas ubicados en el top 30 del ránking mundial en algún momento pueden haber jugado algún partido puntual en los Interclubes, lo que abundan son ejemplos de jugadores que luego de haber jugado Interclubes ingresaron a la élite del tenis mundial. Obviamente que esta clase de torneos no tuvieron ninguna incidencia para que ello sucediera, sino que fue consecuencia de la evolución que tuvo el jugador en su juego a medida que fue creciendo.

El Interclubes argentino
Más allá de los torneos que se llevan adelante en territorio europeo y en los que participan jugadores de diversas nacionalidades, en Argentina se disputa anualmente un torneo Interclubes que es organizado por la Asociación Argentina de Tenis (AAT). En él participan los clubes afiliados en las categorías de menores, libres, y veteranos, tanto en caballeros como en damas, y sus competencias son mixtas.

El torneo, que se disputa desde finales de los años setenta, es la competencia más convocante del circuito nacional y tiene como finalidad el desarrollo del tenis en cada uno de los clubes que participa. Además, busca el fortalecimiento de los valores de respeto y camaradería entre instituciones y jugadores.

La AAT como organizadora del campeonato se encarga de distribuir cada uno de los equipos en categorías por las edades de los jugadores y en divisiones que definen y equilibran los niveles de juego. También acompaña a las instituciones participantes en el desarrollo y crecimiento de esta disciplina.
Según informó Clarín en diciembre del 2019, los torneos Interclubes siempre fueron un sostén económico para la AAT por las afiliaciones de las instituciones que participan en ellos y los pagos de inscripciones y de carnets.

A diferencia de lo que sucede en Europa, las instancias finales son disputadas por jugadores que todas las temporadas son grandes animadores del circuito ATP. En el 2019, por ejemplo, Diego Schwartzman, Guido Pella, Leonardo Mayer, Horacio Zeballos y Máximo Gónzalez fueron algunos de los que jugaron para diferentes clubes. “Lo que gana la mayoría de los jugadores es apenas simbólico”, contó a Clarín un entrenador de primer nivel que prefirió no ser identificado.

“Muchas veces los chicos representan a un club porque usan sus canchas para entrenarse, por la afinidad con la comisión de Tenis o, en varios casos, por el cariño que le tienen al club. Distinto es el caso en la Bundesliga alemana, por ejemplo: allí un top 100 puede ganar unos 5 mil euros por partido”, resaltó el mismo entrenador.

Cuarenta años atrás los mejores jugadores argentinos del momento también disputaban el campeonato Interclubes de Primera. En aquel momento, por ejemplo, un club como Ferro Carril Oeste, que en aquel entonces estaba en su máximo apogeo social, deportivo y económico, llegó a invertir unos 35 mil dólares en su equipo de varones.

Como se ve, los torneo Interclubes que se disputan en Europa suelen ser el refugio de muchos tenistas que no tuvieron la suerte de tener una carrera exitosa en el circuito ATP y además son el salvavidas económico de quienes la continúan peleando en los torneos de menor categoría del circuito profesional. Pero de algo no hay dudas amigos lector: también son un mundo aparte…

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ATP

Kyle Edmund anunció su retiro del tenis profesional

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El tenista británico de 30 años le pone punto final a su carrera deportiva, habiendo ganado dos títulos en el circuito ATP. Por Damián Tiscornia.

Kyle Edmund sorprendió a los fanáticos del tenis al anunciar su retiro del tenis profesional. El británico le pone así punto final a una carrera que en los últimos años se vio interrumpida por molestias físicas que lo tuvieron a maltraer.

“Miro el camino que he atravesado e intentar dividirla en partes es complicado. Me parecía lo adecuado por lo que ha pasado y las lesiones que he tenido”, señaló quien llegó a ocupar el puesto 14 del ránking mundial en octubre del 2018.

Edmund se retira con un récord de 119 victorias y 125 derrotas, habiendo ganado dos títulos ATP (Amberes 2018 y New York 2020) y contribuyó para que Gran Bretaña ganara la Copa Davis en 2015. En su haber cuenta con victorias ante Novak Djokovic, Andy Murray, David Ferrer y Daniil Medvedev, entre otros.

Queda la sensación de que nunca pudo terminar de explotar sus condiciones productos de los problemas físicos que tuvo, que lo llevaron a tres operaciones en noviembre de 2020, marzo de 2021 y mayo de 2022. “Pasé cuatro o cinco años intentando recuperarme, con altibajos en el camino”, reconoció quien fuera semifinalista del Australian Open 2018.

Esta temporada apenas disputó un torneo: fue sobre césped en el Challenger de Nottingham, donde fue finalista. “Nunca pude regresar por completo a mi objetivo. Esa fue la razón principal de esta decisión”, se sinceró. “En las próximas semanas y meses, será bonito reflexionar, hacer cosas distintas, pasar más tiempo en casa con la familia y apreciar lo que he vivido”.

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ATP

Carlos Alcaraz gana Cincinnati tras abandono de Jannik Sinner

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El tenista español se benefició por el sorpresivo retiro del italiano y ahora depende de sí mismo para terminar el año en la cima del ranking mundial. Por Damián Tiscornia.

Carlos Alcaraz se consagró campeón del Másters 1000 de Cincinnati tras beneficiarse por el retiro de Jannik Sinner cuando estaba 5-0 arriba en el marcador. El español redondeó una gran semana en el torneo y ahora depende de sí mismo para terminar el año como número uno.

Las altas temperaturas reinantes en Cincinnati fueron aparentemente las que le terminaron jugando en contra al italiano. “Me siento muy mal, no puedo moverme”, dijo antes de confirmar su decisión de abandonar el partido.

“Ayer no me sentía muy bien. Pensé que mejoraría durante la noche, pero todo empeoró. Intenté jugar hoy, pero no pude más”, explicó el europeo. Sinner también tuvo palabras hacia el público que no pudo disfrutar la final. “Lamento mucho haberlos decepcionado”, les dijo.

Un dato de la rivalidad que tienen Sinner y Alcaraz habla por sí solo. El italiano desde 2023 contra el resto de sus rivales posee un récord de 122-6. Contra el español, sin embargo, perdió la misma cantidad de partidos pero en ocho duelos: récord de 2-6 tiene ante él.

El de hoy es el primer título que Alcaraz gana en Cincinnati, el número 22 de su carrera y el sexto de la temporada. El murciano depende de sí mismo para terminar el año en la cima del ranking mundial; dependerá cómo le vaya en el US Open.

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Los tenistas y el duro desafío de dejar match point a la depresión

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En este informe repasamos algunos factores que inciden para que los tenistas caigan en depresión en un deporte tan mental como lo es el tenis. Por Damián Tiscornia

La salud mental sin lugar a dudas que es un factor muy importante para cualquier tenista que desee ser competitivo en el más alto nivel y tener una carrera profesional, por así decirlo. El tenis es un deporte en el que el factor psicológico es fundamental, donde de alguna manera cada uno intenta desequilibrar mentalmente a su rival para vencerlo con más facilidad.

En ese fino equilibrio entre deporte y vida personal es que deben convivir los tenistas, intentando que las diferentes circunstancias de partidos no se trasladen afuera, y viceversa. Mantener la calma internamente y no exteriorizar la frustración circunstancial por una mala decisión tomada vaya si será fundamental para no transmitir esa sensación de desconfianza y empoderar al rival de turno.

Esta enfermedad no distingue ni posición económica, ni ránking ni talento de cada uno; cualquiera de nosotros pueda caer en ella y luchar por vencerla de la manera que sea. Algunos pudieron hacerlo, aunque les costara la carrera, otros pudieron hasta volver a tener una segunda oportunidad en el deporte y hay quien sufrió no seguir viendo su nombre siendo protagonista del circuito y peleando de igual a igual con los mejores.

No todos los deportistas están capacitados para lidiar con esa presión que reciben desde las personas que forman parte de sus entornos (familia, cuerpo técnico y hasta posibles inversores que exigen resultados) o que en algunos casos hasta se autoimponen para continuar creciendo en el ránking. Y es ahí donde la salud mental termina jugando un papel fundamental para el deportista de élite.

Quizás la salud mental sea uno de los motivos (o el principal, digamos la verdad) por los cuales cada vez más los deportistas de élite trabajan con psicólogos deportivos en sus equipos de trabajo. En un deporte en el que el tenista convive con el error en cada punto que juega vaya si será fundamental un profesional para que el jugador mantenga la concentración y no pierda la cabeza luego de cometer un error no forzado en un punto importante de un partido.

“El tenis, como cualquier otra disciplina deportiva, tiene varias presiones, que llegan desde temprano. En algunos casos, es sobrevivir económicamente para no tener que abandonar la posibilidad de convertirse en un tenista profesional. En otros casos, es la defensa de un ránking o sacar para ganar uno de los partidos más importantes de una carrera”, escribió en 2022 el extenista Javier Frana en una columna publicada en Clarín.

La gloria deportiva y la exigencia de estar arriba

Vivir por y para el deporte que cualquier persona que tiene un talento innato desde pequeña es un anhelo que no todos pueden llevar adelante una vez que dejan la etapa junior, si es que en alguna ocasión la atravesaron. Es un deporte muy costoso y que cuando se pasan a etapas más profesionales requiere de mucho esfuerzo y sacrificio para escalar en el ránking mundial y no perder terreno.

Esa exigencia, en parte, es la que llevó al estadounidense Mardy Fish a atravesar problemas de salud mental. Primero tras compararse con su amigo Andy Roddick, que tuvo una explosión mucho más rápida que él e incluso llegó a vencerlo en nueve partidos consecutivos. “¿Por qué él y no yo? ¿No he trabajado lo suficiente? ¿No hemos estado juntos todos estos años haciendo lo mismo?”, se preguntaba. Llegó un momento en el que Fish se cansó de ser una especie de complemento de Roddick en Copa Davis y se quiso demostrar a sí mismo que también podía llegar a más.

En 2010 se convirtió en un hombre nuevo y centró sus energías únicamente en el tenis. “Vivía por y para el tenis. Sentía que era la única manera de poder competir contra el Big 3. Tenía a los tres mejores de la historia en mi época y mi sueño era disputar las ATP Finals. Ese torneo era especial, cada vez que lo veía por televisión soñaba con estar ahí, con formar parte de los mejores del mundo”, dijo al respecto. “Perdí amigos durante esos años, lo único que hacía era pensar en el tenis, estaba obsesionado. Perdí 15 kilos, entrenaba horas, controlaba mi alimentación”, resaltó.

Los problemas mentales para Lucas Pouille llegaron en parte por la exigencia de estar siempre bien en él, pero en este caso justamente por no verse entre los mejores una vez que las lesiones primero y los malos resultados comenzaron a ser una constante en el francés. De un día para el otro había desaparecido el reconocimiento y el éxito, por decirlo de alguna manera, y eso fue un cóctel letal.

El francés, ganador de cinco títulos ATP y una Copa Davis con su país, en 2023 tuvo la valentía de contar su historia en el diario L’Equipe. “Entré en una depresión que me llevó a dormir solo una hora por la noche y a tomar alcohol solo. Me sentía en un lado oscuro”, detalló. Después de una semana sin dormir, tiré todas mis raquetas a la basura y le pregunté a mi familia: ‘¿Les parece normal que a los 28 años, y siendo padre, llore todas las noches en mi habitación de hotel cada vez que pierdo?'”, añadió.

Bernabé Zapata, por su parte, también es otro tenista en el que los problemas comenzaron una vez alcanzado su pico de rendimiento, luego de que llegara a ocupar el puesto 37 del ránking superando sus propios límites. “A mitad de 2023 llegó a mi mejor ranking, llego a tener una solvencia económica muy grande (algo que yo no me esperaba) y empecé a vivir experiencias que yo jamás me había imaginado. “, dijo en una entrevista concedida a Punto de break.

Justo cuando llegó a ese punto tan alto de su carrera perdió siete de los ocho siguientes partidos que disputó, y esa racha negativa trajo consecuencias en él. “Deja de importarme estar en los torneos, deja de importarme el dinero y me empiezo a desmotivar muchísimo. Empieza a ser muy duro viajar, algo que nunca había sido una losa”, sostuvo. “Cuando tu parte laboral absorbe tanto tu vida, empieza a condicionar y empiezas a hacer las cosas con tristeza y cansancio”, añadió.

No sólo en la rama masculina suceden estos problemas luego de alcanzar la gloria deportiva. El ejemplo más paradigmático es Naomi Osaka, tras ganar el primer Grand Slam de su carrera en Flushing Meadows. “He sufrido largos problemas de depresión desde el US Open 2018 y me está costando mucho lidiar con ello”, reconoció años atrás sobre la pelea interna que comenzó en ese momento. “Me costó recuperarme”, recordó en 2021 quien a causa de esos inconvenientes estuvo un tiempo alejada de las canchas.

Por una situación similar le tocó atravesar a Mónica Puig, aunque en su caso fue luego de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016. “En un momento estás en la cima del mundo y, de repente, todo acaba y no sabes que ha pasado. Fue como un latigazo”, declaró. “Tenía a un país entero mirándome, lo cual fue grandioso, pero no vieron el lado oscuro”, remarcó.

La importancia de pedir ayuda a tiempo

Una de las claves para comenzar a enfrentar la enfermedad es ser consciente de que se está en problemas y pedir ayuda (de la que se necesite en ese momento) a tiempo para salir adelante lo más rápido posible. Vaya si será importante dejar de lado los miedos, los prejuicios y los egos para afrontar la situación.

En ese sentido tiempo atrás se expresó el ruso Andrey Rublev, quien a comienzos de año reveló haber tenido pensamientos suicidas luego de su derrota en la primera ronda de Wimbledon en 2024. “Es importante aceptarse a uno mismo. Si uno tiene un problema lo primero que debe hacer es dejar dejar a un lado tu complejidad y a tu ego”, dijo al respecto. “Escucha a tu cuerpo y a tu voz interior, todo está adentro. Solo se trata de ti mismo”, resaltó.

Bernabé Zapata contó recientemente que en cierta manera no tomó dimensión de lo que podía llegar a ser lidiar con la depresión (y que los tenistas no están ajenos a padecerla) hasta que le tocó mirarla cara a cara. “Siempre pensaba que cuando los tenistas hablaban de depresión era una tontería, pero es una enfermedad y es real”, afirmó. “Tú eres consciente de que lo estás viviendo, pero no sabes salir”, sintetizó.

En el último Miami Open el argentino Federico Gómez sorprendió al mundo tras confesar que había atravesado una de las etapas más difíciles de su vida. “(Tuve) en reiteradas ocasiones pensamientos suicidas”, se sinceró. El jugador de 28 años luego de abrir su corazón reconoció que quizás le hubiera sido más fácil haber pedido ayuda para salir adelante. “Creo que si yo hubiese pedido ayuda, que no es fácil, hubiese podido separar la persona del tenista”, reconoció.

Luego de ganar el Australian Open del 2022 el polémico Nick Kyrgios contó su experiencia con la depresión y le solicitó a quienes están padeciendo la enfermedad que no se cierren y cuenten sus problemas, incluso se ofreció a prestar el oído. “Por favor no te sientas solo, si sientes que no puedes hablar con nadie, aquí estoy, comunícate”, escribió en el posteo. “Sentía que no podía hablar ni confiar en nadie. Esto fue el resultado de no abrirme y negarme a apoyarme en mis seres queridos y simplemente esforzarme poco a poco para ser positivo”, reconoció.

Tres años atrás Jelena Dokic estremeció a sus seguidores al relatar que estuvo muy cerca de quitarse la vida saltando desde el balcón de su casa. En ese mismo posteo la exdeportista contó además dónde estuvo una de las claves para salir adelante. “Recibir ayuda profesional me ha salvado la vida”.

El rol de las redes sociales

Las redes sociales son un ámbito muy utilizado hoy en día por los deportistas para comunicarse con los fanáticos y con sus seguidores, y también en algunos casos como negocio aprovechando justamente la gran cantidad de público al que se puede llegar. Pero así como a veces juegan a favor, en otras ocasiones pueden causar problemas cuando los atletas son atacados por anónimos y sin motivo alguno.

Kyrgios es una de las personas que por su estilo polémico y frontal debe lidiar con esa clase de comentarios desagradables. “Me enfrento a ello constantemente”, declaró. “La gente cree que levantar el dedo, insultar a alguien o hacer comentarios racistas es aceptable hoy en día, y yo no lo creo en absoluto”, resaltó el australiano.

Mónica Puig, por su parte, reveló que las redes sociales le afectaron justamente por los comentarios negativos o agresiones que recibía en ellas. “Todo el mundo está siempre pendiente a que fracases”, dijo al respecto la extenista. Berretini en cierta forma discrepa con la puertorriqueña. “Si se usan de la manera correcta son una herramienta loca de comunicación”, sostuvo.

Berretini, precisamente, tuvo una mirada contemplativa de los ‘haters’. “Siempre existieron. Tal vez tuvieron dificultades antes de decirte ciertas cosas en la cara y se sienten más fuertes detrás de la pantalla. No hay que dejar de usar las redes sociales porque hay gente a la que no le caes bien”, dijo al respecto el italiano.

Es claro que la depresión es una enfermedad a la cual no debemos subestimar porque nunca sabemos si en algún momento podemos llegar a combatirla y caer en ella. Este informe presenta apenas unas puntas y testimonios de un tema complejo, que requiere de ayuda y valentía y que saca lo mejor de nosotros para derrotarla. Recuerda: no dudes en pedir ayuda porque no estás solo.

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