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Regularidad, la materia pendiente de Pablo Cuevas
El salteño finaliza esta semana una mini gira por Europa en la que perdió todos los partidos que disputó. ¿A qué se deberá? ¿Qué le falta para terminar de meterse entre los mejores del ránking? Por Damián Tiscornia.
¿Pablo Cuevas defendería a Uruguay para que su país ascendiera al Grupo 2 de la Zona Americana?, ¿cuál sería la actitud que tomaría, teniendo en cuenta que enfrentaría a rivales que en la mayoría de los casos no tenía ranking? Esas eran algunas de las preguntas que los aficionados al tenis se realizaban en los primeros días de junio, aunque la respuesta era previsible por todas las declaraciones que el salteño realizó en su momento, dando a entender permanentemente que no formaría parte del equipo celeste.
Y el 8 de junio terminó despejando esas dudas con una carta abierta que publicó en su cuenta oficial de Facebook. “Quiero contarles a todos ustedes, que me apoyan y alientan todo el año, porqué no jugaré esta Serie de la Davis en junio. Todas estas cosas, las venimos conversando con el Capitán de Copa Davis, Enrique “Bebe” Pérez”, comenzó diciendo en la misiva. “Con mi equipo resolvimos que es fundamental descansar después de Roland Garros, para recuperarme de algunas molestias físicas que tengo y para poder encarar el segundo semestre del año al 100%”, agregó más adelante.
En la carta, además, el pupilo de Alberto Mancini y Facundo Savio relató el gran desgaste físico que tuvo en la primera mitad del año y afirmó que debía prepararse bien para defender los puntos que debía y para la segunda mitad del año. “Prepararse para el pasto adecuadamente, exige un entrenamiento especial que hicimos el año pasado y redundó en muy buenos resultados”, sostuvo el jugador de 31 años.
El tiempo le dio la razón a Cuevas y Uruguay logró el tan ansiado ascenso al Grupo 2 de la Zona Americana sin ningún problema, enfrentando a rivales y países que no estaban a la altura de los jugadores que conformaron el grupo celeste. Ese fue uno de los motivos por el que el jugador nacido el 1° de enero de 1986 recibió muchos elogios, de los mismos que seguramente lo hubieran criticado si Uruguay era sorprendido por algún ignoto país y no lograba ascender.
Este fin de semana Pablo Cuevas se consagró campeón de dobles en Kitzbühel y de esta manera terminó una mini gira en la que disputó tres torneos en suelo europeo, luego de ausentarse del césped de Wimbledon por problemas físicos. Una gira en la que obtuvo muy buenos resultados en dobles, llegando además a semis en Bastad y a la final en el ATP 500 de Hamburgo, torneo en el que el año pasado jugó la final en individuales.
Pablo perdió los tres partidos que disputó en singles: contra el suizo Henri Laaksonen en Bastad, contra el ruso Andrey Kuznetsov en el ATP 500 de Hamburgo y contra el desconocido austríaco Sebastián Ofner en el ATP 250 de Kitzbühel. Es cierto que Laaksonen, por ejemplo, venía atravesando un muy buen momento deportivo cuando enfrentó al salteño, pero considero que eso no es una excusa que justifique la derrota de un tenista que desea estar entre los mejores veinte jugadores del ránking.
La irregularidad ha sido una constante a lo largo de la carrera de Pablo Cuevas, perdiendo en muchos casos en primera ronda de un torneo 250 contra un rival ignoto y a los pocos días sorprendiendo a un top ten en un Master 1000. Siempre careció de regularidad, algo que paradójicamente tuvo en esta mini gira por Europa, pero en este caso contra los intereses que él mismo persigue en individuales.
“Tengo posibilidades de seguir creciendo, sobre todo después de comienzos de este 2017. Quedan muchos torneos y voy a ir con ganas a jugarlos. Este descanso lo aprovecho para salir con más energía y mejor preparado”, dijo el salteño en julio en una entrevista publicada en Ovación. “Siento que luego de este parate puedo arrancar a jugar en la superficie que más cómodo me siento”, agregó más adelante.
Pablo perfectamente puede seguir creciendo en el ranking. Claro que sí. Hoy en día ocupa el puesto 27 y el 15 de agosto del 2016 logró llegar al 19, su mejor ubicación histórica y la mejor de un tenista uruguayo en la historia del ránking ATP. Ahora, para volver a llegar a ese lugar de privilegio lo primero que debe mejorar es su irregularidad porque la gran mayoría de los tenistas que están por encima suyo (y algunos que incluso se encuentran persiguiéndolo) llegan a las instancias finales de los torneos en los que son amplios favoritos. En algunos casos no los ganan, por supuesto, pero sí los definen, juegan la final, las semifinales. Ganan puntos importantes y “gordos”, por decirlo de una manera que el lector lo pueda entender fácilmente.
En este sistema que tiene el ránking ATP desde ya hace un tiempo, muchas veces un tenista logra ascender varios escalafones no por mérito propio, sino porque quien se encuentra por encima suyo no defienda con éxito los puntos conquistados el año pasado. De más está decir que Cuevas deberá hacer lo imposible por ganar puntos importantes él mismo y conseguir el ascenso por ese motivo y no beneficiarse de lo que no sean capaces de realizar sus rivales en la cancha.
No será fácil el calendario que tiene por delante Pablo Cuevas, dado que en algunas semanas comienzan los torneos preparatorios para el Us Open en una superficie que no es la que más lo beneficia y mejor resultados consigue. Mantenerse entre los mejores y continuar creciendo será el gran trabajo que tendrá por delante, pero para ello deberá trabajar mucho para intentar corregir esas falencias históricas que tiene en su juego.
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Marcelo Filippini en exclusiva: “Todo lo que tengo se lo debo al tenis”
El entrenador uruguayo habló en exclusiva con Ubitennis.es, repasando lo que su temporada como entrenador de Tristán Boyer. Por Damián Tiscornia.
Su nombre forma parte de una de las mayores hazañas que registra el tenis uruguayo, cuando en septiembre de 1994 Uruguay le ganó 3 a 2 a Argentina en el Carrasco Lawn Tennis para jugar por un lugar en el repechaje del Grupo Mundial. Formó, además, junto a Diego Pérez parte de una de las mejores generaciones que tuvo el tenis de nuestro país.
Marcelo Filippini está de vuelta en el ruedo, luego de algún tiempo alejado del día a día del tenis tras su retiro como profesional a mediados del año 2000. “Estuve alejado porque mi prioridad era la familia, y el crecimiento de ellos”, dice en relación a sus hijos en una entrevista concedida a Ubitennis.es.
Hace unos años Filippini acompañó a Pablo Cuevas algunas semanas en el circuito, en los que fueron las últimas apariciones del salteño como profesional. Fue ahí donde confiesa que empezó a gestarse éste presente que vive hoy en día. “Me picó el bichito para volver a viajar, mis hijos son más grandes ya, puedo tener más libertad y disponibilidad”, sostiene el nacido en agosto de 1967. “Es algo que me motiva”, recalca.
Esos viajes junto a Cuevas le posibilitaron ser hoy uno de los entrenadores del estadounidense Tristán Boyer, que en 2024 ganó el Uruguay Open en la misma cancha que supo brillar él en su época de jugador. A sus 24 años su pupilo está en esa pelea por terminar de meterse en el top cien del ránking, que le permitiría clasificar directo a los torneos ATP, y dejar un poco de lado el mundo Challenger, aunque sea circunstancialmente.
“Ha sido una muy buena experiencia, en la cual espero que todo lo que aprendió él este año podamos poner en práctica el año que viene”, declara el entrenador sobre lo que fue éste año junto a Boyer. “(Está) creciendo como jugador”, añade quien ha acompañado al estadounidense durante 16 semanas en esta temporada que está culminando.
Boyer finalizó el año con un récord de 5-9 en el circuito ATP, destacándose el haber llegado a la segunda ronda del Australian Open tras superar la clasificación y la segunda ronda alcanzada en los Másters de Indian Wells y Toronto. “Él ha estado madurando, jugamos mucho mejor los torneos grandes que los torneos chicos. Levantamos de nivel”, asegura al respecto quien en agosto de 1990 llegó a ocupar el puesto 30 del ránking mundial.
El regreso de Filippini no se dio sólo como entrenador, sino que también es el actual vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Tenis (AUT). “(Tenemos) muchas cosas para hacer en la asociación”, sostiene. “Esperemos que en el 2026 podamos seguir mejorando en el tenis nacional”, se ilusiona quien como jugador ganó cinco títulos ATP (Bastad, Praga, Florencia, Atlanta y St. Polten).
Hoy día en singles Uruguay cuenta con Franco Roncadelli entre los 350 mejores del ranking mundial casi consolidado en el circuito Challenger, y los mellizos Joaquín y Federico Aguilar dando sus primeros pasos en ese mismo circuito. ¿Hasta dónde cree que podrán llegar los tres? “Eso va a depender de ellos. Ya están en etapa profesional, es muy poco lo que puede hacer la asociación”, afirma al respecto el directivo. “(La AUT) se tiene que enfocar más en los chicos que tienen entre 10 y 14 años, que son los futuros tenistas. (…) Estamos enfocados en las edades más tempranas”, subraya.
Para que los niños puedan desarrollar su talento y potenciar sus habilidades la AUT cuenta con el Centro de Desarrollo de tenis en el Parque Rodó, que fue en lo que se transformó la plaza de deportes número 3. “Tener un centro es importantísimo para el desarrollo del tenis nacional”, asegura quien en 1999 llegó a los cuartos de final en Roland Garros.
Es intención de la AUT fomentar la relación con los clubes que se encuentran en el litoral y el resto del interior del país, aunque Filippini por el momento descarta que se construyan nuevos centros de desarrollo fuera de la capital. “(Hay que) ir diversificando centros en el interior para poder formar más chicos de diferentes lados”, sostiene.
Primero fueron quince temporadas como profesional y ahora su etapa como entrenador y directivo de la AUT. Sin dudas, toda una vida ligada al deporte que tanto le dio, adentro y afuera de la cancha. “Soy un agradecido al tenis, todo lo que tengo se lo debo al tenis”, subraya.
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La difícil realidad del tenis en Venezuela
¿Qué tan difícil es para un jugador ser tenista profesional en Venezuela?, ¿qué esfuerzos debe realizar para serlos?, ¿cuánto apoyo reciben? Parte de estas preguntas se intentarán responder en este artículo. Por Damián Tiscornia.
Sabido es que desde hace varios años Venezuela no atraviesa por un buen momento político y social, por distintos motivos que no es el objetivo de este artículo analizar. El tenis, un deporte que requiere invertir mucho dinero para cualquier jugador que desee tener una carrera exitosa como profesional, no está ajeno a esa situación y sufre por ello.
En ese contexto surge una pregunta válida: ¿qué tan difícil y costoso es para un deportista venezolano aspirar a tener una carrera como profesional en el circuito ATP y conseguir recursos para tales fines?, ¿y el tenis social para los aficionados que desean practicarlo de manera amateur? Esta y otras interrogantes se intentarán responder en este informe.
La realidad hoy en día
La crisis por la que atraviesa Venezuela repercutió en la clase media, según dice Luis Contreras, quien desde el 2012 es el presidente de la Federación Venezolana de Tenis. De todas formas, el dirigente asegura que la federación que preside cuenta con alrededor de cuatro mil afiliados que practican tenis en sus varias ramas (tenis y tenis de playa); entre ocho y diez mil personas son las que en total tienen al tenis como uno de los deportes que entrenan socialmente y de manera amateur.
¿Qué tan costoso es practicar tenis en su país? “Cualquier deporte es costoso. El tenis de principiante, de desarrollo, no es más costoso que cualquier otro deporte comparativamente”, dice al respecto Contreras. De todas formas, añade: “El tenis es costoso cuando el muchacho ya empieza a competir, a viajar, con las raquetas, con los zapatos. Eso es lo costoso del tenis”.
Los altos costos que tiene el deporte de competencia, según relata Contreras, lleva a que en la actualidad muchos chicos venezolanos busquen ganar una beca en alguna Universidad de Estados Unidos antes de que pensar en llevar una carrera como profesionales en el circuito ATP. “(Se necesita) una inversión económica muy fuerte y no se tiene el apoyo para poder aventurarse a un tipo de esfuerzo como éste en el tenis profesional”, sostiene.
Ricardo Rodríguez Pace, que es tenista venezolano profesional desde 2010, coincide con Contreras en lo difícil que es para un tenista de su país ser profesional. “En Sudamérica ya es difícil de por sí, pero ser tenista venezolano lo hace el doble de difícil y más para los que están comenzando”, afirma. “En ningún país que no sea el tuyo te ayudan con un wild card para todos estos chicos que están comenzando sus carreras”, agrega.
“Conseguir apoyo en Venezuela es una hazaña. Llevo más de diez años siendo el número 1 del país y aún no consigo empresas y sponsors que se sumen al proyecto”, declara el nacido el 28 de abril de 1993. “Ojalá esto cambie, que las empresas se animen a apoyar a sus tenistas”, lanza a modo de súplica.
Carencias
“Somos el único país de Suramérica que no tiene torneos internacionales, ni junior ni profesionales”, se lamenta Rodríguez Pace. Contreras en cierta forma refuerza lo señalado por quien es embajador de Fila. “Por una sanción que tenemos no podemos hacerlos. Todo esto ha conllevado a que haya bajado el nivel de tenis en Venezuela”.
Esa sanción de la que hace referencia el dirigente podría estar relacionada a lo que denuncia Rodríguez Pace. “No tenemos una federación constituida, por lo que la ITF no nos ha pagado al país los recursos provenientes de Copa Davis, con los que los jugadores del equipo cuentan para seguir viajando”, dice. “(Desde junio del 2021) he jugado tres series de Copa Davis ya y aún no he cobrado”, añade.
Lo denunciado por Rodríguez Pace, sin embargo, en cierta manera contradice lo señalado por Contreras. “(Somos una) federación autosustentable. Tenemos el apoyo del Estado, de las asociaciones, de los padres representantes”, asegura el mandamás. “Nuestra federación no ha parado en todos estos años y seguimos con mayor ímpetu tratando de desarrollar diferentes programas”, recalca más adelante.
Los problemas en las series de Copa Davis parecen no ser sólo de éstos últimos años. En 2017, por ejemplo, el país caribeño presentó sólo tres jugadores en una serie ante Barbados por falta de recursos económicos. “Enfoqué el equipo a ver lo que si teníamos y no en lo que nos faltaba. Resolvimos todas nuestras carencias y competimos una serie muy buena y los chicos con la mejor actitud del año”, declaró a Ubitennis.es en aquel momento Yohny Romero, que fue el capitán de Copa Davis entre octubre de 2016 y noviembre del 2017.
El entrenador destacó el enorme sacrificio que realizan los tenistas para tener una carrera deportiva a nivel profesional. “Debemos estar muy orgullosos que todavía tenemos jugadores compitiendo en el tour profesional”, afirmó quien es el responsable de la Academia Yohny Romero. “Atreverse ya es un triunfo”, declaró el nacido en noviembre de 1978.
Más allá de todo, Contreras destaca el hecho de que Venezuela pueda contar con jugadores que defiendan a su país en certámenes continentales como la Copa Davis en la rama masculina y la Copa Billie Jean King a nivel WTA, así como en todas las categorías juveniles. “(La palabra) difícil no cabe para nosotros porque es lo que nos gusta y lo que hemos hecho todos estos años”, dice.
Partir, regresar y pensar en el futuro
Ricardo Rodríguez Pace es uno de los dos tenistas ranqueados en singles que tiene hoy en día Venezuela, junto al joven Brandon Pérez. En dobles, además de ellos dos, tiene como destacado a Luis David Martínez, que finalizó la temporada en el puesto 85 del ránking mundial y es un jugador consolidado en el circuito Challenger, alternando también a nivel ATP.
Rodríguez Pace cuenta que para comenzar su carrera deportiva en 2010 se tuvo que mudar a España debido a que vivir en el país y aspirar a competir afuera “era imposible”, según dice, por lo que le era más fácil salir de Venezuela y residir en el exterior. “No habían muchas opciones de vuelos comerciales para poder armar un calendario”, asegura.
Sin embargo, en 2023 tomó la decisión de regresar al país porque la situación del país ha mejorado un poco, habiendo incluso retornado profesionales de otros ámbitos, según se desprende de sus palabras. Ahora, por ejemplo, Venezuela cuenta con vuelos comerciales que le permiten elaborar un calendario desde su país. “Ahora tengo un equipo completamente venezolano y la calidad del trabajo que se hace es alta”, sostiene.
Hoy día la realidad del tenis venezolano dista de la que supo ser décadas atrás cuando tuvo entre los mejores cien del ránking mundial a jugadores como Jorge Andrew y Nicolás Pereira, el uruguayo nacionalizado venezolano que defendió al país caribeño en los noventa. De todas formas, Contreras se ilusiona con que su país tenga un resurgir en los próximos años. “Este año tuvimos el caso de Ignacio Parisca, que logró clasificar a los Grand Slam juniors y que se convierte en una promesa para el tenis venezolano”, dice. “Siempre tenemos buenas camadas en juniors”, destaca.
Esa es la gran apuesta del tenis en Venezuela. Encontrar esa promesa que vuelva a ilusionar tanto a la afición como a los dirigentes con pelear cosas importantes a nivel continental. El camino no será fácil por las circunstancias relatadas líneas arriba, pero es por lo que tanto luchan quienes tienen la responsabilidad de conducir el tenis en el país venezolano…
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Italia gana la Copa Davis por tercer año consecutivo
El equipo capitaneado por Filippo Volandri se impuso a España en la final disputada este domingo, demostrando que es un buen equipo a pesar de no contar con Jannik Sinner. Por Damián Tiscornia.
Italia se consagró campeón de la Copa Davis tras derrotar 2-0 a España en la final disputada este domingo. El ganado en Bologna es el tercer título consecutivo que gana el equipo italiano y el cuarto de toda su historia.
La jornada comenzó con un triunfo 6-3 y 6-4 de Matteo Berrettini ante Pablo Carreño Busta, en un duelo de experimentados jugadores. Quien fuera finalista de Wimbledon en 2021 aprovechó las dos situaciones de quiebre que tuvo a su favor (una por ser) para quedarse con una merecida victoria.
En el segundo punto Jaume Munar parecía que encaminaba el triunfo al ponerse 6-1, 1-0 y saque al comienzo. Sin embargo, Fabio Cobboli supo reaccionar a tiempo para ganar los dos últimos parciales 7-6(5) y 7-5 para darle la victoria a su país.
La ganada éste domingo es la tercera Ensaladera consecutiva que gana el equipo capitaneado por Filippo Volandri y la cuarta de toda su historia. España, por su parte, es el quinto subcampeonato que consigue.
