Foto: Rydell/Aljaro

El tenista rosarino atraviesa por un gran momento en el circuito y busca meterse nuevamente entre los mejores cien del ránking mundial. Por Damián Tiscornia.

Se podría afirmar que en el tenis hay dos clase de tenistas: están los que por su talento natural acostumbran estar entre los mejores del ránking mundial y animan todos los torneos. Y están aquellos que deben deben pelearla todas las semanas para poder disputar el circuito ATP y mantenerse entre los mejores. Obviamente, son muchos más los jugadores que integran el segundo grupo que el primero.

Facundo Bagnis es uno de los integrantes en ese segundo grupo mencionado anteriormente. El nacido el 27 de febrero de 1990 en Rosario a lo largo de su carrera deportiva siempre fue un jugador al que nunca le sobró nada para mantenerse, debiendo jugar en el último tiempo las clasificaciones para decir presente en los cuadros de los ATP.

“Soy del interior, de un pueblo muy chiquito, tuve que hacer un esfuerzo muy grande. De hecho, hasta los 14 o 15 años no jugué en mi pueblo; me iba al de al lado con mi profe de toda la vida”, declaró en una entrevista con el portal Golpe de tenis en septiembre del 2019. “Al final de los 17 recibí una oferta del grupo de esponsorización que tuve durante casi 10 años y me permitió en ese momento transitar mi carrera”, agregó más adelante.

Profesional desde el 2008, quien es entrenado por su compatriota Wally Grinovero jugó la mayor parte de su carrera en el circuito Challenger. De hecho, hasta el momento lleva ganados trece títulos en singles y ocho en dobles, siendo uno de los argentinos con más títulos en dicho circuito.

Consolidado en los torneos Challengers, es de los tenistas que juega las clasificaciones de los torneos importantes del circuito ATP: en algunas oportunidades con éxito y en otras no. Es por ese motivo que su registro en el circuito ATP es negativo: hasta el momento suma apenas 26 victorias y 50 derrotas, la mayoría de ellas en las primeras rondas.

El zurdo jugador contó en la citada entrevista en dónde radica la diferencia entre el circuito Challenger y el ATP. “En la ATP nunca vas a estar enojado, protestando o desmotivado. Aunque hayan perdido 6-1 y 6-1 jugando súper incómodo, tienen un nivel de competencia que hace que siempre el rival sienta que es complicado ganarles”, dijo. “La parte mental es sin duda la gran diferencia”, recalcó.

Según él mismo reconoció su mejor temporada hasta el momento fue en el 2016, ganando seis partidos en el circuito ATP y metiéndose por primera vez en su carrera entre los cien mejores del ránking. “Después no lo pude mantener cuando hice el paso de los torneos Challenger a los de ATP. Ahí vinieron las lesiones, cambio de entrenador, de raquetas y muchas cosas que hicieron que se me dificulte”, reconoció quien en febrero del 2020 tuvo su primera convocatoria para defender a Argentina en Copa Davis.

Como se ha dicho, el resto de los años los transitó jugando Challengers y los torneos grandes cuando lograba clasificar a los main drawn. Este comienzo de temporada 2021 no viene siendo distinto. Lo diferente en este sentido son los resultados conseguidos: fue semifinalista en el Córdoba Open, perdió en primera ronda en el Argentina Open y fue finalista en el Chile Open, jugando en suelo trasandino su primera final en el circuito ATP.

Sólo un dato confirma el gran momento deportivo por el que atraviesa el jugador argentino: en esta gira sudamericana de polvo de ladrillo alcanzó las siete victorias, superando así las seis conseguidas en el 2016 en la máxima categoría del tenis mundial. Eso obviamente provocará que continúe creciendo en confianza y en ránking gracias a los 240 puntos obtenidos por esos triunfos (son 252 en total si sumamos los 12 de una clasificación).

La final alcanzada en el Chile Open, torneo que es dirigido por Catalina Fillol, le permitió a Bagnis trepar hasta el puesto 105 del escalafón mundial. Esto lo deja en las puertas de la clasificación directa a Roland Garros. Si bien es cierto que lo hacen los primeros cien del ránking, no menos cierto es que siempre algunas bajas por lesión hay a último momento.

“La semana fue realmente muy buena. Faltó un poquito. Me sentía muy bien y tenía mucha confianza en mí. Son partidos. Hay que aprovecharlo de envión. Hay que seguir porque todavía falta un paso para el objetivo que es entrar a Roland Garros”, dijo luego del partido en conferencia de prensa. “Veré qué torneos juego porque tengo pocas semanas para asegurar el ingreso directo a Roland Garros”, recalcó.

Hay que tomar dimensión de lo que significa para Bagnis (y para cualquier otro jugador, claro está) estar entre los cien mejores del ránking. Le representa, por ejemplo, evitar jugar cuatro partidos (un torneo entero casi) para clasificar al cuadro principal de un Grand Slam (que son los torneos que más puntos reparten) y asegurarse un muy buen prize money sólo por el hecho de participar. Estar justo en el puesto cien no le asegura jugar los ATP 250, pero puede pelear su ingreso directo dependiendo cómo termine cerrando la lista de aceptación y las bajas que puedan haber.

No hay dudas que esta gira sudamericana marcará un antes y un después en la segunda parte de la carrera deportiva de Facundo Bagnis. Será un punto de inflexión para la temporada que todavía está por delante y servirá como ejemplo para todos aquellos tenistas que se encuentran en su misma situación, los verdaderos trabajadores del tenis…