Y Leylah Fernandez sigue soñando en el US Open. La canadiense de 19 años derrotó en tres sets a Aryna Sabalenka y jugará la gran final del día sábado ante Emma Raducanu. Leylah comentó dos historias muy personales que hacen valorar más este momento. Por Lautaro Miranda.

Análisis del triunfo ante Sabalenka

Naomi Osaka, 3°, fue el triunfo de mayor envergadura que tuvo Leylah hasta el momento pero hoy superó a la número 2: “Definitivamente fue un muy buen partido para las dos. Ella comenzó increíblemente bien al principio, pero me alegro de haber sido capaz de mantenerme paciente, luchar por cada punto. Me alegré en el tiebreak de poder ser ofensivo pero no jugar demasiado y apostar por mis tiros. En el segundo set tuve mis oportunidades, pero cometí algunos errores. Ella aprovechó la oportunidad para conseguir el set. En el tercero, fue solo una buena batalla. Fuimos hasta el final. Me alegré de haber podido volver a meter esa bola de más” comentó la canadiense.

Las semanas mágicas en Nueva York

Leylah recordó la frase que le instaló su padre desde pequeña: “Nada es imposible. Como mi papá me decía todo el tiempo, no hay límite para mi potencial para lo que puedo hacer. Todos los días tenemos que seguir trabajando duro, tenemos que seguir adelante. Nada es imposible. No hay límite para lo que puedo hacer. Me alegro de que ahora mismo todo vaya bien” declaró totalmente empoderada con su tenis.

“Creo que he estado haciendo cosas increíbles. No sé. Es como si pensara que una palabra que realmente se me ha pegado es “mágica” porque no solo mi carrera es realmente buena, sino también la forma en que estoy jugando en este momento. Solo me estoy divirtiendo, estoy tratando de producir algo para que la multitud disfrute. Me alegro de que sea lo que sea que esté haciendo en la cancha, a los fanáticos les encanta y a mí también. Diremos que es mágico (sonriendo)” definió Fernandez a este soñado trayecto en Nueva York que tendrá una última parada el sábado ante Emma Raducanu en la final.

Las dificultades en el camino

Los tenistas tienen muchas dificultades antes de encontrar el éxito, tal como Leylah recordó hoy con dos ejemplos muy personales: “Creo que lo obvio es que mucha gente dudaba de mí, de mi familia y de mis sueños. Seguían diciendo que no, que no iba a ser un tenista profesional, que debería parar y seguir yendo a la escuela. Recuerdo a una profesor, que en realidad era muy divertido; en ese momento no lo era, pero ahora me estoy riendo. Ella me dijo que dejara de jugar al tenis, que nunca lo lograría y que solo me concentre en la escuela. ¿Sabes qué? Me alegro de que me dijera eso porque todos los días tengo esa frase en mi cabeza que dice que voy a seguir adelante, voy a seguir adelante y voy a demostrarlo. Pero eso es básicamente solo la punta del iceberg. Hay muchas más cosas por las que hemos tenido que pasar como familia” recordó la hija de padre ecuatoriano y madre filipina sobre sus comienzos.

Además agregó un ejemplo familiar que la hizo crecer como persona: “Otro ejemplo es que mi mamá tuvo que irse a California por unos años para mantener a mi familia y a mí en el mundo del tenis. Definitivamente, esos pocos años fueron difíciles para mí porque necesitaba una mamá, necesitaba que alguien estuviera ahí para mí hasta la edad de 10 a 13 años. Apenas la había visto en ese momento. Cada vez que la veía, era como ver a un extraño pero al mismo tiempo a alguien tan familiar. Tuve mucha suerte de tener a mi madre aquí en este torneo animándome y divirtiéndose conmigo todo este tiempo. Pero hemos pasado por tantas cosas juntos como familia. Me alegro de que ahora mismo todo vaya de nuestro lado. Estoy eternamente agradecido por todo lo que nos ha pasado” finalizó su conferencia de prensa quien sueña con levantar su primer Grand Slam el próximo sábado.