Foto: Lucía Barrio/Ubitennis

Uno de los grandes alicientes del Masters 1000 de Madrid este año, era la presencia del jugador suizo, después de 4 años de ausencia, retomando su presencia en la gira de tierra batida, tras unos años de ausencia del helvético. Pero todo tiene un principio y un final, y el final de la presencia de Roger se produjo en el día de hoy. Desde Madrid, Lucía Barrio.

Sin duda los 37 años del de Basilea, sus 21 años de profesional y sus 4 hijos no son impedimentos para disfrutar de un tenista sin duda legendario. Esa presencia en la pista, donde la gente comenta que no suda, esa simpatía que ha mostrado en el torneo, como en su partido ante Monfils, donde se puso “nervoso”, sin duda calan en el público que ha acudido al torneo madrileño. Gran parte de la central Manolo Santana no quería que la presencia de Roger en Madrid se acabara hoy y por eso empujaba en cada punto, en cada golpe, en el que quizás ha sido hasta ahora el mejor encuentro del torneo. Pero hete aquí que enfrente tenía a uno de los mejores jugadores sobre esta superficie, que ha sabido leer muy bien su táctica, ha templado los nervios en momentos clave del encuentro, y finalmente se ha alzado con una sin duda merecida victoria que no sabemos si significará o no el último partido de Roger como profesional en el Torneo de Madrid o no, puesto que su presencia el año que viene la dejaba completamente en el aire en rueda de prensa: “Quizás venga el año que viene como turista o quizás como jugador de tenis”.

Antes de todo esto, Djokovic se convertía en el primer semifinalista del torneo y sin sudar. Su rival, Marin Cilic pasaba una mala noche por una intoxicación alimentaria y decidia poner punto y final a su participación en Madrid, otorgando así el pase a la siguiente ronda, al nº 1 del mundo.

Después una clásica de este torneo como es Simona Halep, cumplía su favoritismo ante la revelación del torneo, Belinda Bencic, y se convertía en la primera finalista de mañana, donde optará a su tercer título en Madrid, tras los logrados en el año 2016 y 2017.

Llegaba el segundo plato fuerte del día, el choque entre Rafa y un renacido Stan Wawrinka. La expectación es máxima ya horas antes del partido y como es habitual el movimiento en la zona de jugadores es frenético. Manolo Santana se toma un respiro, el día que cumple 81 años, después del encuentro de Federer y descansa unos minutos junto a su compañera, intentando coger energías de cara al partido de Nadal. Se acerca la hora y los famosos comienzan a dejarse ver por la Caja Mágica. Esta vez es turno de Raúl González, o de Diego Godin. Los padres de Rafa, Carlos Costa, su tio, apuran la cena antes de acudir a la pista central.

Parece que la presencia de Rafa se retrasa, porque Sloane Stephens está a punto de forzar el tercer set, pero sin embargo la finalista del año pasado la holandesa Kiki Bertens, saca el billete para la final, donde tendrá mañana ocasión de redimirse de la derrota del año pasado. La rubia jugadora holandesa acude a sala de prensa, y cuando acude a la zona de jugadores, lo hace con un plato de pasta entre sus manos.

Tsitsipas por su parte, solventa su encuentro en la Arantxa Sanchez Vicario, el único partido de ambos cuadros relegado a la segunda pista de la Caja Mágica, venciendo al actual campeón Sasha Zverev, en tres sets, presentando su candidatura al torneo, que tendrá que defender ante Rafa Nadal, que consigue solventar su encuentro de cuartos de final por la via rápida ante un renacido Stan Wawrinka que sin embargo ha visto como el balear le pasaba por encima, en quizás el mejor encuentro del español hasta el momento.

Se alcanza la media noche y aun sigue habiendo actividad. El semifinalista Tsitsipas se juega junto con su compañero Wesley Koolhof un puesto en la final del cuadro de dobles. Ya es tarde y toca retirarse. Mañana nos enteraremos si el griego optará a una, a los dos finales o quizás a ninguna….

To be continued