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Primera plana

Cómo “descubrí” a Gabriela Sabatini y ella arbitró uno de mis partidos

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Un Wild Card para el torneo de Santa Croce por portar el mismo apellido. Una final entre periodistas en el Montecarlo Country Club con un pasaje a Botswana en juego que nunca se entregó. Una entrevista en silla de ruedas luego de un nocaut inesperado. Editorial de Ubaldo Scanagatta, traducida por Iván Tricárico.

Me parece imposible creer que Gabriela Sabatini ya tenga 50 años, como también que ahora sea mucho más hermosa (con su cabello negro) que en aquella época en la que estaba fascinado por su magnífico revés a una mano. Tenía un andar ligeramente andrógino, como si acabara de bajar de su caballo. Quién sabe, tal vez también había montado a caballos en la Pampa Húmeda.

Aún no lo puedo creer que tenga 50 años, porque cuando escuché hablar por primera vez sobre Gabriela ella no tenía ni siquiera 14 años. La primera vez que la vi jugar tenía 14 años y un mes. Desde entonces, siempre con la distancia correcta y respetuosa, me encanta. Primero, por cómo es ella, y segundo porque es la única tenista de renombre mundial que … se sentó en la silla del umpire para arbitrar un partido mio. Si a este hecho le agregamos que nació el 16 de mayo, el día de San Ubaldo, comprenderán que nunca olvido su cumpleaños.

Cuando la argentina aún no tenía 14 años, mi gran amigo y colega de ese país, Guillermo Salatino, me llamó desde Buenos Aires. “Querido Ubaldo, tenés que hacerme un gran favor”, me dijo desde su Argentina natal. “Hay una niña que tiene un talento extraordinario. Todavía no tiene 14 años, pero te aseguro que es un fenómeno. Le gustaría jugar el torneo juvenil de Santa Croce, peor no tiene el ranking para participar y sólo puede hacerlo si le dan un Wild Card. ¡Te juro que se lo merece, confía en mí!”, agregó.

Confío ciegamente en Guillermo y en sus conocimientos de tenis. Antes de convertirse en un gran periodista, comentarista de radio y televisión para FOX Sports Sudamérica, fue un excelente tenista, uno de los mejores 20 de su país en aquella época.

Inmediatamente después de su llamado, llamé al director del torneo de Santa Croce, Mauro Sabatini, un hombre de extraordinaria pasión, sin el cual este certamen nunca hubiera existido. Le pedí el Wild Card para Gabi, comentándole las predicciones de Salata (como se lo conoce en el medio) y sumándole sus orígenes italianos. “Los abuelos emigraron de Potenza Picena, provincia de Macerata”, le comenté. Sin embargo, me interrumpió y me dijo: “Ubaldo querido, ¿es posible que pueda negarle una invitación a una tenista de apellido Sabatini como yo?”, dijo entre carcajadas.

Finalmente, Gabi vino a Santa Croce sull’Arno. Creo que fue en abril. Todavía no tenía 14 años y ganó el torneo al llevarse la final sudamericana ante una brasileña unos años más grande que ella.

Si Maruo Sabatini hubiera podido, la habría adoptado. Cada vez que nos veíamos, me daba las gracias, a pesar de que no había hecho nada. Pedí el Wild Card con mucho gusto. Ella también me lo agradeció en más de una oportunidad.

Un mes más tarde, ganó un torneo juvenil mucho más importante. Esta vez, ante la atenta mirada de mis ojos, porque no había podido viajar a Santa Croce. Aquel torneo era nada más ni nada menos que Roland Garros, ya con 14 años. Guillermo Salatino tenía razón. Aunque no tanto como él, me sentí un poco un cazatalentos. Dos años antes, corrimos desde la sala de prensa hasta el Court 3 (ya no está allí) para admirar a otra niña prodigio, una rubia de 12 años con piernas muy largas y un golpe que daba miedo. Se llamaba Steffi Graf.

Pasó un año, y en abril de 1985, Gabriela viajó a Montecarlo. Mientras se jugaba el torneo masculino, que si no me falla la memoría habrán ganado Ivan Lendl o Mats Wilander, creo recordar que se jugó un torneo juvenil en la Riviera francesa. Ese mismo año, el Country Club, sede del certamen monegasco que hoy en día domina Rafael Nadal, organizó un torneo para periodistas. A la final llegamos justamente Guillermo Salatino y yo. Un largo partido de 9 games y un primer premio faboluso: un viaje para dos personas a Botswana, financiado por una agencias de viajes local. El segundo premio era un reloj Ebel. Cosas, de príncipes.

Gabriela apareció aquella mañana de la definición. No se jugó en la central, por su puesto, sino en uno de las canchas sobre la colina. Quizás, el lugar más cómodo y cercano para que alguien se siente en la silla del umpire. Si bien no recuerdo cómo fue, se que Gabi se subió allí. El partido comenzó, y con voz tímida pero con una sonrisa brillante, susurró el score. Empecé muy mal. “3-0 señor Salatino”, cantó la niña. En el cambio de lado, le dije a Guillermo. “No te olvides de enviarme una postal desde Botswana”.

“4-3 señor Scanagatta”, dijo Sabatini en voz muy baja”. A pesar de su timidez, se notaba que estaba pasando un buen rato viendo a dos mayores de 45 años rojos como pimientos jugar bajo el sol de Montecarlo. “Ubaldo enviame la postal”, resopló Guillermo. “Prefiero enviársela a Gabriela”, le respondí.

Epílogo. Durante meses llamé a la misteriosa agencia de viajes monegasca para reclamar mi premio. Verdaderamente, fue una tormenta de llamadas. Desapareció, sin honrar mi premio. Nunca fui a Botswana, nunca envío una postal. Por su lado, Guillermo mostró su magnífico reloj Ebel durante años. Para ser honestos, al año siguiente, Bernard Noat, entonces director del torneo, me dio uno también a mí, el cual sigue siendo el favorito de mi esposa Tiziana, con la que comenzaba a salir en ese momento.

Poco más de un mes y medio después de aquel memorable arbitraje, Gabi, con 15 años, llegó a las semifinales de Roland Garros (de mayores), convirtiéndose en la semifinalista más joven de la historia del certamen parisino.

Ahora, les contaré otro episodio que me une a ella. En enero de 1990, Tele + me envió por primera vez al Australian Open. Un calor húmedo y pegajoso. En aquel momento, se jugaba sobre Rebound Ace, una verdadera masacre para los tenistas que se doblaban los tobillos porque las suelas de sus zapatos se adherían a la superficie. Hubo muchas víctimas, entre ellas Sabatini, que había derrotado a Frazier y Bollegraf. Luego de estas victorias, debía jugar contra la alemana Claudia Porwik, pero se tropezó en el primer set. Se detuvo, le envolvieron el tobillo, pero no había nada que hacer. Perdió el primer set por 6-0 y cuando perdía 1-0 en el segundo no tuvo otra alternativa que retirarse.

La llevaron lejos del campo central de Flinders Park en una silla de ruedas. Ahora dime que jugador de tenis, hombre o mujer, se habría presentando en una silla de ruedas en una sala de prensa luego de tal decepción. Gabriela era única. Ella llegó como si no hubiese pasado nada. Respondió las preguntas de la entrevista que me prometió. Una educación magnifica que le enseñó su padre Osvaldo. Una chica fantástica. Cuando se retiró a los 26 años, me enojé, lo lamenté mucho. Fue demasiado temprano, pero ella había perdido la garra y la pasión.

¿Cómo no ser fanático de ella? Si tuve la suerte de conocerla, incluso hoy, ella es tan linda, dulce y cariñosa como siempre. ¿50 años de edad? No lo creo.

ATP

Una lesión impidió que Facundo Díaz Acosta sea finalista en Kitzbühel

Damián Tiscornia

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El tenista argentino se vio obligado a retirarse en el partido que disputaba ante el francés Hugo Gastón por un lugar en la final del torneo. Por Damián Tiscornia

Facundo Díaz Acosta no pudo clasificar a la final del ATP 250 de Kitzbühel tras verse obligado a retirarse cuando caía 6-1 y 2-0 ante el francés Hugo Gastón por un lugar en la final del torneo. De esta manera, el argentino no pudo avanzar a su segunda final de la temporada y ahora aguarda por conocer cuánto tiempo estará fuera de las canchas.

Más allá del retiro al que se vio obligado, esta fue una buena semana para Díaz Acosta, que volvió a sumar buenas victorias luego de un tiempo alejado de las canchas justamente por lesión. Los 90 puntos que ganó en este torneo le permitirán acercarse al top 60 del ránking mundial a partir de la próxima semana.

Por su parte Hugo Gastón, que venía de dejar por el camino al campeón defensor Sebastián Báez, disputará este sábado la segunda final ATP de su carrera. La anterior había sido en el 2021 en Gstaad, donde cayó frente al noruego Casper Ruud.

Su rival en la final será el italiano Matteo Berrettini, que venció por un doble 6-4 al alemán Yannick Hanfmann luego de batallar durante 1 hora y 30 minutos de juego. Este sábado el italiano, que está regresando de una lesión que lo tuvo un tiempo alejado de las canchas, disputará su cuarta final de la temporada y la tercera sobre polvo de ladrillo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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ATP

Debut y despedida para Andrea Collarini en Kitzbühel

Damián Tiscornia

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El tenista argentino dio pelea, pero terminó cayendo en la primera ronda del torneo que se disputa en territorio austríaco. Por Damián Tiscornia. 

Andrea Collarini quedó eliminado del ATP 250 de Kitzbühel tras caer por un doble 6-4 frente al estadounidense Nicolás Moreno de Alborán en el que fue su debut en el torneo. De esta manera, se transforma en el primer argentino en quedar eliminado y se despide del torneo debido a que no participa en dobles.

El argentino de 32 años, que venía de superar la clasificación, cayó luego de batallar durante 1 hora y 27 minutos de juego. Moreno de Alborán, que recibió una wild card de la organización para disputar el cuadro principal, sacó mínimas ventajas en momentos claves y derrotó por segunda semana consecutiva al argentino tras haberlo vencido la pasada semana en la clasificación del ATP 250 de Gstaad.

Más allá de la derrota, esta es apenas la segunda oportunidad que Collarini puede pasar la clasificación y disputar el cuadro principal de un torneo ATP. La anterior había sido en el 2021 en el ATP 250 de Umag, torneo que esta temporada curiosamente se disputa en esta misma semana que Kitzbühel.

Collarini fue el primer tenista argentino en debutar en el Generali Open, torneo que se disputa en la ciudad ubicada en el noroeste de Austria. En estos días saldrán a escena Thiago Tirante, Sebastián Báez, Federico Coria, Facundo Díaz Acosta (éstos dos últimos se enfrentarán entre sí en primera ronda) y Tomás Etcheverry. También dice presente el chileno Alejandro Tabilo, quien es el segundo preclasificado del torneo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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ATP

Arthur Fils es el nuevo rey de Hamburgo

Damián Tiscornia

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El joven tenista francés venció al germano Alexander Zverev y ganó así su mayor título y el segundo de su corta carrera. Por Damián Tiscornia

Arthur Fils se consagró campeón del Atp 500 de Hamburgo tras derrotar 6-3, 3-6 y 7-6(1) a Alexander Zverev en la jornada de hoy. De esta manera, el francés sumó su segundo título en el circuito ATP y este lunes trepará hasta el puesto 20 del ránking mundial.

El francés, que venía de dejar por el camino al argentino Sebastián Báez, necesitó 3 horas y 33 minutos de juego para quedarse con el triunfo. Desde el comienzo Fils jugó como un experimentado, dando muestras de su carácter y salvando las cinco oportunidades de break que debió enfrentar.

“En el primer set lo controlé todo, creo que tuve un poco de suerte pero jugué muy bien. En el segundo set él logró jugar mejor que yo y subió su nivel”, declaró antes de la ceremonia de premiación. “Desde el principio sabía que no iba a ser fácil”,destacó.

“Creo que llevo mucho tiempo entrenando para este tipo de momentos, así que estoy muy feliz de haberlo ganado”, resaltó quien este lunes trepará hasta el puesto 20 del ránking mundial, su primera vez en el top 20 y su mejor ránking hasta el momento.

El de hoy es su segundo título Atp tras el ganado en 2023 en Lyon luego de vencer al argentino Francisco Cerúndolo en la final. La victoria conseguida ante Zverev, además, es la mejor de su corta carrera hasta el momento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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